Brevemente amnistiados de la realidad

Madrid

Hoy toca hablar de la amnistía. Como todos estos años, toca hablar de Carles Puigdemont y, como todos estos meses, toca hablar de un Parlamento que a veces parece haberse trasladado de la Carrera de San Jerónimo a la curva sur del estadio de San Siro. Sí, el tema del día es en efecto ese sadismo de Junts, que cada día es menos refinado y es más matarife, y no habrá esta mañana en toda la prensa una opinión en la que no aparezcan la facundia de Míriam Nogueras, el súbito rostro de Ecce Homo que se le ha quedado a Pedro Sánchez y un relamerse que es un regocijarse dibujado en la cara del PP.

Hoy se espera que todos los analistas tengamos palabras contundentes y visiones precisas sobre el choque entre los jueces y el Gobierno, las danzas belgas de Félix Bolaños y González Pons, y una opinión no menos tajante sobre el lawfare. El debate del momento sin duda nos exige hacer profecías sobre lo poco o mucho que va a durar este Gobierno, y si habrá presupuesto nuevo o si más bien habrá que prorrogarlo. Y no diré yo que todos estos temas no sean del máximo interés, claro que lo son.

Pero esta semana por fin nos ha dado una buena noticia: resulta que hoy ha amanecido viernes. Y nos esperan cuarenta y ocho horas casi eternas en las que, de esta áspera realidad que es la política española, nosotros también nos vamos a dar una amnistía.