Jordi Nomen: "Nuestros hijos adolescentes no nos desprecian. Están construyendo su propia autoridad y lo hacen desafiando la nuestra"

Madrid

Puede que haya vivido esta escena: bronca monumental con su hijo adolescente y él o ella se encierra en su habitación y, móvil en mano, se desahoga con sus amigos. A usted le ponen a caldo. Y, mientras tanto, usted no para de darle vueltas a lo que acaba de pasar, porque sin darse cuenta se ha convertido en lo que no quería ser. Ya ha pronunciado esa frase que se había prometido que nunca iba a decir, porque le repateaba que se la soltaran usted cuando tenía 15 años. Usted ya es ese padre o esa madre que dice: "Mientras vivas en esta casa, aquí se hace lo que yo te diga". Si le suena esta escena, no se preocupe porque es normal y sano que ocurra. Jordi Nomen acaba de publicar 'Cómo hablar con un adolescente y que te escuche' (Editorial Arpa) y tranquiliza a los padres porque "los adolescentes necesitan construir su propia autoridad y lo hacen desafiando la autoridad de los que tienen más cerca, la autoridad de las personas con las que tienen más confianza, la autoridad de las personas a las que quieren más. La autoridad de la familia".

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Las entrevistas de Aimar | Jordi Nomen

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Mamá, eres la peor madre del mundo

Nomen es profesor de filosofía desde hace treinta años y recomienda no responder de forma autoritaria porque eso hace que "se resienta el vínculo". Eso no significa que haya que comprar todos y cada uno de los argumentos que tienen los adolescentes, pero tampoco "quemar las naves". Por su experiencia, tiene claro que los hijos "no nos desprecian", porque siempre que se les pregunta por su principal valor, responden "la familia".

Los hijos nos pueden decir que somos los peores padres del mundo o la peor familia del mundo. El simple hecho que nos lo digan, según Nomen, es sano porque significa que nuestro hijo está tensionando el vínculo, para ver hasta dónde llega. Ellos se están entrenando para ser adultos, aunque no lo sepan. En otras palabras, mejor que nuestro hijo nos desafíe con 13 años. De lo contrario, será muy dependiente.

Padres protectores

Jordi Nomen es profesor de filosofía y ciencias sociales y, en los últimos años, ha detectado un incremento de los padres que protegen en exceso a sus hijos. Lleva años pensando en posibles causas y una de ellas es la baja natalidad. "Antes, las familias tenían cuatro, cinco o seis hijos y unos ayudaban a otros. Ahora tenemos uno, como máximo dos, y nos preocupa que les vaya a pasar algo. ¿Eso es lícito? Es normal que sea así, pero nos hiperpreocupamos y los hiperprotegemos. Y claro, no nos damos cuenta de que con eso les transmitimos debilidad. "Van a ser más débiles si no les dejamos que se frustren y que fracase", explica Nomen.

Cómo hablar con los hijos

El primer error es preguntarles por novedades académicas, porque la adolescencia funciona al revés: son ellos los que eligen el momento para hablar. Por eso, es importante seguirles la conversación. "Si te quieren hablar de moda, pregúntales por moda. Y ahí te contarán la Biblia en verso, porque son los temas de los que les interesa hablar. Eso es lo importante: tener el canal abierto. Así, cuando llega el tema que les preocupa, te lo dicen. Pero para eso hay que tener mucha paciencia". Todo es ensayo y error y "paciencia a la cuarta potencia".

Sin embargo, hay relaciones muy complicadas y donde la convivencia es muy difícil. "En 2022, el 12% de los jóvenes entre 13 y 18 años ejerció violencia psicológica hacia sus padres. Luego, viene lo peor porque en un 3,2% de los casos se llegó a la violencia física. O sea, estamos hablando de uno de cada diez. Si sentimos miedo al enfrentarnos a nuestro hijo, tenemos un problema", concluye Nomen.