Análisis de la crisis del campo en Europa: dos problemas económicos y uno político

Los tractores han entrado en Bruselas. Cientos de agricultores, sobre todo belgas, también de Países Bajos o Italia, han protestado este jueves en Bruselas contra la Unión Europea por poner en riesgo su futuro. Durante la jornada de protestas se ha bloqueado la capital europea con más de 1.300 tractores y la quema de la estatua de John Cockerill, símbolo de la industria belga. Al mismo tiempo continúan las protestas en Francia y comienzan en Portugal. De por medio, las tensiones entre la transición ecológica, el libre mercado y la aparición de ciertos populismos que han superado a las organizaciones tradicionales.

Las protestas no son nuevas, porque pocos meses después de comenzar la guerra, la UE levantó las restricciones a la importación de productos procedentes de Ucrania. Esto trajo una reacción negativa de los agricultores de los países fronterizos, sobre todo de Polonia, y comenzaron a protestar por el impacto que tenía esa decisión en sus beneficios. Las protestas se extendieron a Rumanía y Eslovaquia y ahora guardan similitud son el argumentario de los campesinos de los países mediterráneos. Otro punto clave es el acuerdo que se negocia con Mercosur, que para los agricultores comunitarios supone una amenaza, y aquí la batalla sigue abierta, con posiciones de rechazo por parte de Francia o Irlanda y de las que difiere Alemania, que es el principal socio comercial de Argentina o Brasil en Europa.

El campo, afectado por la meteorología y los precios

El suministro de momento está garantizado, pero si esto sigue así, los precios empezarán a escalar, de hecho, tanto los precios que se dan del campo al supermercado, como los de los agroseguros, ya están tocando niveles altos. Primero, según los cálculos de FACUA realizados sobre una treintena de productos de ocho grandes cadenas entre enero del año pasado y el de este año, hay determinados alimentos que registran diferencias muy abultadas entre el precio de origen y el del supermercado.

• Aceite de oliva: +51% en origen y +73% en el súper.
• Manzana fuji: +4,3% en origen y +27% en el súper.

También hay productos que se han mantenido igual en origen, pero que han subido en el supermercado como la pera (+15% ), la zanahoria (+26%) y la patata (+31%). Llama también la atención las diferencias de precio entre el campo y el estante del súper, en algunos alimentos: 4,50 € de diferencia en el litro de aceite de oliva virgen extra; más de 6,50 € en la bandeja de medio kilo de fresas; la malla de 5 kilos de patatas cuesta casi un euro más en el súper que en origen y el kilo de limones es un euro y medio más caro. Para Fernando Moraleda, director de la oficina Alimentaria de LLorente y Cuenca, "es muy probable que los precios tengan que terminar subiendo". "También es cierto que España es un país líder en productividad del sector primario", asegura Moraleda, "seguramente eso explica la actiud de Francia".

No solo suben de precio los alimentos, los seguros agrarios también, porque según datos de Agroseguro, entre 2017 y 2023 se ha registrado el periodo con más siniestralidad en los 43 años de historia del seguro agrario y ha sido este último año el que ha marcado el récord histórico. Son 1.241 millones de euros frente a los 793 registrados en 2022, así que la siniestralidad ha aumentado un 56%. Esto en superficie afectada se traduce en 3,5 millones de hectáreas, es el 60% del terreno que fue asegurado en 2023. Pero lo que hay detrás de todas estas cifras es el peso que están ganando los fenómenos meteorológicos extremos, siendo la sequía, el factor más determinante, porque se han abonado 496 millones de euros en indemnizaciones por la escasez de agua. Después, tenemos las fuertes borrascas con pedrisco, viento y lluvia que han supuesto otros 375 millones. Además, las heladas de enero y febrero en producciones de cítricos, frutales y hortalizas y a las que se sumaron las de la primavera en los viñedos han costado otros 61 millones de euros. Si lo miramos por tipo de cultivo, los más afectados son los herbáceos con 476 millones en compensaciones, la uva del vino o los frutales con 105 millones cada uno y los cítricos con otros 92 millones.