Documentar la violencia del narco cantando: ¿Por qué Peso Pluma apela a la juventud?

Madrid

Una historia bien contada no puede fallar. Siempre está lista para cruzar las barreras comunicativas y de las narrativas hegemónicas. Entre el canto y la crónica, ese fue el cometido de los corridos, un género nacido en México antes de la Revolución mexicana y que ha vuelto a estar en los oídos de gente alrededor del mundo gracias a la popularización del subgénero tumbado en el último lustro. Prueba de ello es que en 2023, el artista más escuchado en la plataforma Spotify fue Peso Pluma por su canción 'Ella baila sola'. Sin embargo, la música del cantante también ha estado en la mira al ser considerada un vehículo para la promoción de la narcocultura, ya que algunas de sus canciones hacen alusión a episodios y personas vinculadas al Cartel de Sinaloa.

Para Oscar Adame, periodista musical, no es que "la música sea la portadora de problemas o de violencia. Más bien creo que lo que está haciendo la música es documentar la violencia". En un país como México, donde todo el territorio está en constante disputa por diversos cárteles, el corrido ha sido una de las expresiones culturales con las que se han retratado las dinámicas de violencia de un país en el que, además, las autoridades estatales también están coludidas con los grupos delictivos.

El corrido tumbado se ha influenciado musicalmente de géneros como el reguetón, el trap o el rap, incorporando sus ritmos en las composiciones. Sus letras no sólo hablan de drogas o armas. En ellas también se habla de las ganas de ascender socialmente, el tiempo de disfrute y relaciones amorosas. Un ejemplo es 'Amor tumbado', de Natanael Cano, quien es considerado el precursor del subgénero.

"A fin de cuentas estas líricas, estas historias que se narran también son parte de una crítica, de tratar de generar una catarsis ante el nivel de violencia y el nivel de control del que somos víctimas en México por parte de los cárteles de drogas", explica Adame ante la popularidad del género entre el público joven, que ha vivido su infancia y juventud durante la llamada "Guerra contra las drogas", donde la seguridad en México empeoró con la militarización de las calles.