Llámelo casualidad, que si no le dirán que usted cuestiona la separación de poderes

Ayer, tras el último movimiento del juez García-Castellón, solo dos días después de la última modificación de la ley de amnistía, me vino a la cabeza un artículo que leí la semana pasada en El País. Recordaba Xosé Hermida la intervención de García-Castellón en una conferencia en un llamado 'Foro de la Región'. Le preguntaron por su criterio ante el hecho de que la Constitución no aborde una ley de amnistía claramente, y García-Castellón inició su respuesta diciendo, primero, que de forma directa no podía contestar porque lleva asuntos relacionados.

Como juez implicado no podía contestar, pero, como ciudadano, el juez García-Castellón criticó una decisión del poder legislativo que afecta a una cuestión en la que él, como juez, forma parte del procedimiento. Bueno, pues ayer, el magistrado volvió a reaccionar a una iniciativa legislativa, a la última modificación de la ley de amnistía, que no sin polémica y con falta de explicaciones pretende blindar a Carles Puigdemont, precisamente, de los sucesivos movimientos de García-Castellón, que a cada iniciativa legislativa responde con una iniciativa judicial.

La amnistía, que tiene que aprobar el Legislativo, pretende dejar fuera aquellos actos de terrorismo que violen los derechos humanos, y García-Castellón ha encontrado delitos que violan gravemente los derechos humanos. Se refiere a las lesiones graves que sufrieron algunos policías durante las protestas posteriores a la sentencia del procés. Y el juez, con toda una pirueta, vincula a Puigdemont con estas agresiones.

Claro, asistiendo como asistimos a este constante acción-reacción, a cada enmienda parlamentaria, un auto del juez García-Castellón, una se pregunta si esto es normal. Esa exigencia, no solo legítima, sino que también necesaria, de los jueces sobre la separación de poderes, ¿no debería operar en los dos sentidos?

García-Castellón maneja los tiempos a su placer, puede revivir cualquier aspecto de la investigación cuando cree conveniente, y habitualmente lo cree conveniente siempre que pueda responder a algún movimiento legislativo. Bueno, llámenlo casualidad que, si lo llama de otra manera, le dirán que está usted cuestionando la separación de poderes.

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