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Amor, guerra y periodismo: cien años de la increíble historia del Hotel Florida

Hemingway, Gerda Taro, Dos Passos o Saint Exupéry cubrieron la Guerra Civil desde este hotel obra de Antonio Palacios que fue demolido a pesar de su importancia histórica

Cartagrafías |  Amor, guerra y periodismo: cien años de la increíble historia del Hotel Florida

Cartagrafías | Amor, guerra y periodismo: cien años de la increíble historia del Hotel Florida

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Los hoteles son una constante en la obra de muchos creadores, una fuente inagotable de historias y en la historia de nuestro país destaca el "Hotel Florida" de Madrid, que abrió sus puertas en 1924 y en el que Ernest Hemingway escribió y ambientó su única obra de teatro: “La Quinta Columna”. Él y otros muchos corresponsales extranjeros se alojaron allí durante la Guerra Civil. Pero antes y después de la contienda, el lugar fue testigo de otros acontecimientos que retratan la vida social de España y que, además, desembocan en el presente. Estos días, con motivo del centenario de su apertura, se han organizado en Ámbito Cultural del Corte Inglés de Callao, donde estaba el hotel, una serie de actividades que culminan mañana sábado con un taller de poesía gratuito dirigido por Gonzalo Escarpa. Nosotros vamos a contar su historia con textos, crónicas y cartas como hilo conductor.

Nuestro viaje de hoy arranca en la España de los años 20, década de apertura de este hotel, en plena dictadura de Primo de Rivera con un Madrid en un momento de ebullición. Querían que estuviera a la altura de las grandes capitales europeas. Plantearon una gran avenida que cruzara la ciudad, la Gran Vía, proyectaron teatros, edificios modernos como el de Telefónica, en ese momento era el rascacielos más alto de Europa, y este hotel con cuidadas instalaciones de 10 plantas, baños en sus 200 habitaciones, algo inusual entonces.

La fachada la firmó uno de los arquitectos y urbanistas más importantes de la historia del modernismo en España, Antonio Palacios. Solo en Madrid firmó edificios como el Círculo de Bellas Artes o el actual Instituto Cervantes pero su figura es bastante desconocida y muchos de sus diseños fueron cayendo en olvido. Estos días se está proyectando justo donde estaba el hotel, la fachada que creó para el Hotel Florida. Hemos estado allí con Álvaro Bonet, arquitecto y divulgador de su obra. Tiene una cuenta de Instagram, “DESCUBRE A PALACIOS”, donde reivindica su figura. Dice que en Madrid y Galicia, Palacios fue tan importante como Gaudí en Barcelona. Se conservan varias cartas escritas por el arquitecto desde el Florida que nos lee.

Recuerda el periodista Carlos García Santa Cecilia, experto en el Hotel Florida y uno de los protagonistas de estas jornadas, que en los años 20 y 30, el hotel era el centro de la vida en Madrid. Se puso de moda entre el público que iba al teatro ya que inventó el concepto de ‘cena veloz' en la barra. Se hacían fiestas, homenajes y se alojaron personajes célebres como Chaplin, Miguel de Unamuno cuando regresó del exilio o la actriz María Casares de niña, hija del político republicano Santiago Casares Quiroga -dejó constancia de sus impresiones en sus memorias-. En sus instalaciones, se reunían grupos de jóvenes progresistas que pedían cambios políticos y una II República que llegó en 1931.

Estalla en 1936 la Guerra Civil e inmediatamente cambia el perfil de los huéspedes. El hotel se encontraba en primera línea de fuego. Se alojan los primeros aviadores extranjeros que vienen a luchar a favor de la República y cuando Madrid se convirtió en el símbolo de la resistencia antifascista, llegaron al Florida todos esos periodistas extranjeros que le dieron su fama como Hemingway, uno de nuestros escritores de cartas favoritos. Desde la habitación 109 escribió la obra de teatro inspirado por la guerra y la historia de amor que materializó en Madrid con la también periodista Martha Gellhorn, alojada en el hotel. Cuentan que eran memorables las fiestas en su habitación donde invitaba a gente de todo tipo para conseguir información. El ambiente festivo convivía con la tragedia cotidiana de la guerra. Escuchamos varias cartas donde se refería al Florida.

Dedicamos especial atención a las historias de las mujeres que se alojaron y trabajaron desde el Florida en la guerra como Marta Gellhorn cuyo trabajó quedó eclipsado por aquella relación con Heminway. Cubrió otros conflictos y llegó a ser una de las corresponsales más importantes del siglo XX. Vino a la guerra con 26 años y sin experiencia. Repartía su tiempo entre los dos bandos, estuvo secuestrada por un militar soviético y fue de las primeras en confirmar que en el bombardeo de Guernica, Franco, había contado con la ayuda de los aviones alemanes e italianos. Estos días se ha recordado a estas mujeres en una serie de lecturas dirigidas por Macu de la Cruz.

Otro nombre propio del Florida es el de John Dos Passos, el escritor norteamericano del momento. Dos Passos y Hemingway estaban escribiendo juntos el documental Tierra de España para alentar el apoyo internacional a la República hasta que se enemistaron por el conocido como caso José Robles, traductor y amigo de Dos Passos, que despareció sin dejar rastro, seguramente asesinado por los militares soviéticos porque sabía demasiado. Dos Passos quiso investigar el caso pero Heminway opinaba “que la vida de un hombre no podía poner en cuestión la causa de la República”. Dos Passos, decepcionado, regresó a Estados Unidos y desde allí consiguió que la familia de su amigo saliera de España. Hay un documental que relata este caso, "Robles. Duelo al sol", de Sonia Tercero, y un libro de Ignacio Martínez de Pisón: “Enterrar a los muertos”. Otro huésped ilustre del hotel Laura, fue Antoine de Saint-Exupéry, el célebre aviador y autor de "El principito".

Su faceta como periodista es más desconocida, cubrió varias guerras y tenía obsesión por estar en primera línea para hacer lo que llamaba "reportajes vividos". Decía que no había que "aprender a escribir sino a ver". Se conserva mucha correspondencia suya. Llegó a España pilotando el avión del periódico que lo envió. Estuvo en Barcelona, en el frente de Lérida donde relató que los anarquistas fusilaban más de lo que combatían. En Madrid se alojó en el Florida, algo que se confirmó en 2016 cuando se encontró en el archivo de Salamanca su carnet de prensa aunque no tardó en trasladarse a las trincheras de Carabanchel. Nos lo explica la investigadora Montse Morata.

Tras la guerra, el hotel volvió a tener actividad pero al ritmo lento de la posguerra y finalmente entró en declive. Sus gestores tuvieron que exiliarse por republicanos y en los 60, un asturiano con buenas relaciones con el régimen, Pepín Fernández, propietario de Galerías Preciados, lo compró y lo derribó para construir el actual edificio, ahora el Corte Inglés. Como dice Santa Cecilia, el derribo podía haberse evitado pero, en los 50, la especulación mandaba más que la conservación. La importancia histórica del hotel es indiscutible.

 
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