"Es un encarnizamiento homicida": la reflexión sobre la primera ejecución con asfixia por nitrógeno

Si nada lo remedia antes, el estado norteamericano de Alabama ejecutará mañana a las seis de la tarde hora local, a la 1 de la madrugada del jueves al viernes en España, al preso Kenneth Eugene Smith por asfixia con nitrógeno. Una salvajada sin precedentes. El método de asfixia con gas nitrógeno no se ha probado nunca con humanos. Ahora lo va a aplicar el estado de Alabama a un hombre de 58 años que fue condenado a muerte hace tres décadas por haber matado a una mujer a cambio de mil dólares. Una muerte por encargo. El asesinato sucedió en 1988. Desde entonces, el preso está en el corredor de la muerte. 36 años esperando la muerte. Intentaron ejecutarlo ya el año pasado, pero el verdugo fue incapaz de ponerle la inyección letal, no le encontraron la vena. Y, ahora, se va a probar con él esta técnica. La alta comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos ha implorado que se cancele esta muerte, y el propio preso está batallando hasta el final, presentando recursos, alegando que lo van a usar como un conejillo de indias. En «Hora 25» hablamos con Tíscar Espigares, la responsable de la Comunidad SantEgidio en España, una asociación de laicos de la Iglesia que trabaja por la paz, contra la pena de muerte y, en general, por los derechos humanos y a favor de las personas vulnerables. La asociación lleva años trabajando contra la aplicación de la pena de muerte en todo el mundo y ha estado muy encima del caso de Kenneth Eugene Smith. ¿En qué consiste la muerte por asfixia con nitrógeno? «A la persona se le pone una mascarilla y el aire que respiraría no sería el aire normal, sino que sería solamente nitrógeno. Esto implicaría que las células del organismo dejarían de tener oxígeno y se supone que entraría en una fase de inconsciencia que le llevaría a la muerte. Se supone porque ninguna persona, nadie todavía ha sido ejecutado con este método. Ni los veterinarios lo aceptan. Solo en el caso de los cerdos está permitido y previa sedación, cosa que en el caso de Kenneth ni siquiera estaría previsto», nos explica Tíscar. La ejecución sería dar un paso más en el camino de la barbarie, nos dice la responsable de la Comunidad SantEgido en España. «Ya la pena de muerte es una crueldad que debería estar abolida, pero es que además hacerlo de esta manera es ya un paso más en la crueldad», sentencia. Los partidarios de la pena de muerte defienden que no hay mayor herramienta de disuasión que la pena de muerte, pero no hay datos que lo corroboren: «Los países en los que se aplica más la pena de muerte no solamente hay un descenso en el número de delitos, sino que los delitos son iguales o más, no es una pena disuasoria en absoluto. Es colocar a un estado al mismo nivel de un asesino. Todo un estado contra un individuo», reflexiona Tíscar. «Es un encarnizamiento homicida, hacer todo lo posible por matar a una persona».

"Es un encarnizamiento homicida": la reflexión sobre la primera ejecución con asfixia por nitrógeno

Aimar Bretos entrevista a Tíscar Espigares, responsable de la Comunidad Sant'Egidio en España, una asociación que trabaja por la paz y contra la pena de muerte

Josema Jiménez

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