"Está muy orgullosa de ese momento, podría haber hecho mucho dinero": Martín Bianchi, sobre Chenoa y el momento chándal

Madrid

Martín Bianchi afirma que ha ido a Lleida engañado, porque le dijeron que iba a estar la reina Letizia. Y a pesar de eso, no trajo tiara ni corbata ("la última vez que me la puse fue en mi Primera Comunión, de las que llevaban elástico"). Pero sí muchas cosas que decir.

Empezando precisamente por la Casa Real española, de cuyo entorno han desaparecido dos presencias constantes desde hace 20 años. Por un lado Jaime Alfonsín, jefe de la Casa del rey, que se jubila y es sustituido por el diplomático Camilo Villariño ("ahora el rey, en vez de decir: "Jaime, ven", dirá, "ven, Camilo") y por otro, despiden del diario El Mundo a Jaime Peñafiel, azote de la reina Letizia desde el primer día, cuando se anunció el compromiso y él escribió una carta abierta a Felipe expresándole su desacuerdo.

Ha seguido en desacuerdo con la decisión matrimonial del rey todo este tiempo, pero ahora, con 92 años, posiblemente estuviera perdiendo la cabeza, por lo que, según Martín, "a lo mejor el problema no es él sino los que le dan pábulo". Es posible que él quisiera que lo despidieran, porque dar salida a infundios tan malintencionados y crueles no tiene mayor sentido. Más allá de alimentar el machismo por el que se juzga a las mujeres a partir de imposibles estándares.

Se ha detenido, por tanto, en la salud mental de un viejo periodista real, pero sobre todo se ha mostrado preocupado por la salud física de algunos miembros de la familia real británica. El rey Carlos padece una dolencia de la próstata propia de su edad ("me da tranquilidad que los reyes también tengan próstata y pasen por quirófano") pero la enfermedad de la princesa de Gales, Kate Middleton, no está tan clara. "No han explicado lo de Kate. Es todo muy raro." Por un lado es muy típico de las casas reales no dar información de salud, pero inquieta que vaya a estar tantísimos meses de baja, desde Nochevieja hasta, parece, más allá de Pascua.

Y también es noticia por problemas de salud Sarah Ferguson, que sigue siendo duquesa de York a pesar de su divorcio y de la caída en desgracia de Andrés. Sarah ha superado un cáncer de mama pero ahora ha recibido un diagnóstico de melanoma maligno. Àngels tiene especial cariño por "Fergie" porque, en su día, retransmitió su boda, y Martín porque su madre, Susan Barrantes, se casó con un argentino jugador de polo, Héctor Barrantes, a quien Martín llegó a conocer.

Mar Flores

También fue noticia este fin de semana Mar Flores, una de las personas más famosas de los 90. Mientras ella participaba en un programa de televisión en Antena 3, su hijo concedía una entrevista en Telecinco en la que la culpaba de todos sus males. La culpaba más a ella que a su padre, en un gesto de machismo que ha tenido también la cobertura mediática de los reproches del hijo de Bárbara Rey.

Al menos Carlo Constanzia llevaba bien visible la pulsera telemática que indica que sigue con cuentas pendientes con la justicia (en este caso por estafa): "me gustan los famosos que tienen pulsera telemática y la enseñan", ha declarado Martín. "La pulsera telemática es tendencia". Pero que tampoco se crea Carlo Constanzia que ha inventado nada: el género de reprochárselo todo a la madre lo inventó la hija de Joan Crawford. Los hijos de ahora no son más que malos imitadores de ese original. Y ya tuvimos bastante en los 90: ¿en serio es necesario volver a chantajear a Mar Flores otra vez?

Chenoa

Martín entrevistó este fin de semana a Chenoa este fin de semana en el diario El País y ella se quejaba del machismo con el que se la trató. No parece que las cosas hayan cambiado tanto en determinados sectores de la prensa.

Lo que siempre es necesario es una nueva limpieza de colon. A Tamara Falcó e Íñigo Onieva, como demuestran en redes sociales, no puede haberles sentado mejor.

Y finalmente, Ana Obregón de pregonera de Alcobendas. ¿Hemos dicho Alcobendas? Sí, pero sólo porque en ese municipio está La Moraleja, donde vive Anita, Anita Sandra y todos los demás Obregón, porque esa urbanización de lujo la construyó el padre de Ana Obregón a finales de los años 60, y que vendió en apenas un año, haciéndose milmillonario. Anita es rica de familia. El género "pobre niña rica" tampoco lo inventó ella, pero sin duda lo ha llevado a nuevas cotas.