La VentanaCartagrafías
Ocio y cultura

La petición desesperada de Martin Scorsese para salvar su viejo barrio de Nueva York: "Allí me convertí en un contador de historias"

Recorremos la Gran Manzana a través de las historias y la correspondencia de personajes vinculados a la ciudad como el director de cine o la escritora Sylvia Plath

Una carta es un viaje. La puerta de entrada a historias de personajes, lugares y épocas. Por eso iniciamos una serie de especiales de Cartagrafías dedicados a viajar a través del género epistolar y arrancamos visitando la ciudad de Nueva York.

Comenzamos el recorrido por el Museo de la Ciudad ubicado en la Quinta Avenida. Tiene millones de artículos, colecciones sobre el teatro de Broadway, juguetes antiguos y artículos muy curiosos como una silla que perteneció al primer niño de ascendencia europea que nació en el actual Estado de Nueva York. Entre las cartas expuestas, encontramos cartas relacionadas con los colonizadores europeos o la revolución americana, de nombres destacados como el de Thomas Jefferson, el tercer presidente de los Estados Unidos, principal autor de la Declaración de Independencia. Resulta que dedicaba mucho tiempo a la búsqueda y al estudio de mamuts y mastodontes porque estaba convencido de que recopilar estos restos ayudaría a forjar la identidad nacional del país tal y como comprobamos en sus cartas.

El gran símbolo de la libertad de la revolución americana es la Estatua de la Libertad situada en la isla de la Libertad, un regalo de los franceses en 1886 y tanto en esa isla como en otra isla que está muy cerca, la de Ellis, se encuentran dos museos donde podemos conocer cartas firmadas por inmigrantes que llegaron a Estados Unidos en diferentes épocas como la que redactó una mujer en 1986 con motivo del centenario de la estatua. Recuerda cuando llegó a la ciudad con la maleta vacía pero llena de sueños:

Querida señora:

Me complace saludarla en su centenario. Te vi por primera vez en la noche del 4 de mayo de 1909, desde la cubierta del barco de inmigrantes que me trajo desde Noruega. Me preguntaba, mientras te observaba y veía las luces en todas direcciones, "¿qué me va a pasar en esta vasta y nueva tierra de América?" Pero me diste valor al ver que estabas allí de pie, con la antorcha en tu mano señalando hacia el cielo, y diciéndome, como le has dicho a millones de personas: "Eres bienvenido a esta Nueva Tierra, te daré la oportunidad de trabajar, progresar y hacer una buena vida." Mantuviste tu palabra. Me diste la oportunidad de continuar mi educación en una de las grandes universidades y he tenido el privilegio de servir a mi país durante muchos, muchos años... Y ahora, a la edad de 96 años, le expreso mi sincero agradecimiento. Que aún sigas allí dando la bienvenida a peregrinos de tierras extranjeras, que vienen en busca de Libertad y Justicia en esta gran tierra.

La isla de Ellis fue la principal aduana de la ciudad. Se calcula que entre 1890 y 1954 llegaron a ella 12 millones de pasajeros. Ahora es un museo dedicado a la inmigración financiado con fondos de particulares, muchos descendientes de aquellos inmigrantes.

La correspondencia de la Estatua de la libertad

Otro lugar importante para conocer la historia de la ciudad es la imponente sede principal de la Biblioteca Pública de Nueva York, una de las más grandes del mundo. Con más de 3 millones de ejemplares y diverso material epistolar. Ahora mismo hay una exposición que incluye cartas de Mary Shelly, de líderes feministas de los 60... y conservan la correspondencia de Frédéric Auguste Bartholdí, el escultor francés que creó la Estatua de la Libertad. Son las cartas que envió a su madre contándole sus primeras impresiones al llegar a la ciudad. Siempre se ha dicho que el rostro de la estatua está inspirado en ella.

Esto de primeras impresiones sobre Nueva York es una constante en la obra de muchos creadores y pensadores a lo largo de la historia. Lo ha hecho Lorca, Marie Curie, Patti Smith -que recibió la llave de la ciudad en 2021-, del escritor italiano Italo Calvino, el científico Nikola Tesla -desde el hotel New Yorker- o Silvia Plath -desde el hotel Barbizon- que plasmaron en sus cartas los contrastes y desafíos de la ciudad.

Otra carta célebre relacionada con Nueva York la firma el director de cine Martín Scorsese, otro neoyorquino ilustre, de padres sicilianos. En marzo de 2013, redactó una carta a la presidenta de la Comisión de Planificación de la ciudad para pedir la protección de la zona de Bowery ante un plan para construir rascacielos en el sudeste de Manhattan donde se concentran las calles más antiguas de la ciudad. Fue el barrio en el que creció e inspiró muchas de sus películas.

Estimada Presidenta:

Me dirijo a usted hoy como ex residente de Bowery y ferviente defensor de la protección de su historia, carácter e integridad. Al haber crecido en la calle Elizabeth, el vecindario y sus habitantes en Bowery se convirtieron en catalizadores claros que me llevaron a ser un narrador de historias.

Ya sea en "Mean Streets" o "Gangs of New York", la influencia de Bowery, su crudeza, su ambiente, su atmósfera vibrante, es evidente. Le insto a asegurar que Bowery permanezca protegido e intacto para que su historia siga influyendo e inspirando a los artistas del mañana. Los edificios de gran altura solo generan más caos, más interrupción y, en última instancia, exponen a Bowery a los elementos de la uniformidad.

Durante más de 150 años, Bowery fue su propio mundo. Con sus propios habitantes, lenguaje, teatro, de hecho, tiene su propio género de obras que se ha emulado en otros distritos famosos que contribuyeron a conformar lo que conocemos como la tradición de Nueva York: Harlem, Broadway, etc.

Espero que se una a mí y a otros partidarios para reconocer el Plan de Preservación de East Bowery.

Atentamente,

Martin Scorsese

Terminamos nuestra ruta en la biblioteca y museo Morgan están las cartas del escritor JD Salinger, autor de "El guardián entre el centeno", en Memorial del 11S donde se conservan impresionantes cartas como “The last night letter”, tres copias de la misma carta que pertenecieron a los terroristas que secuestraron los aviones y que recuperaron los investigadores, y subiendo al Empire State Building a través de una carta de la activista Helen Keller, la primera persona sordociega en conseguir un título universitario y que se imaginó la vista desde el emblemático edificio el 13 de enero de 1932.

 
  • Cadena SER

  •  
Programación
Cadena SER

Hoy por Hoy

Àngels Barceló

Comparte

Compartir desde el minuto: 00:00