¿No aprenderán nunca?
Una vez más las autoridades gallegas han reaccionado tarde y casi obligadas por el empuje ciudadano. ¿No aprenderán nunca? Tienen una de las costas más bellas del mundo
Madrid
Lo que están intentando sacar de las playas gallegas y lo que empieza a llegar a algunas playas asturianas son como pequeñas lentejas de plástico, millones de pequeñas lentejas todavía más difíciles de separar de la arena que aquel famoso chapapote de petróleo que devastó también playas gallegas en noviembre de 2002. Es cierto que el petróleo es aún más tóxico y destruye más vida que esas minúsculas bolitas blancas, pero todavía no sabemos bien cuál es el efecto real de este vertido, como afectará a los peces, que seguramente los traguen, ni a la vida microscópica que se desarrolla en la arena.
Tampoco supimos hasta muy tarde cuál había sido el terrible efecto de aquel chapapote. Lo único que sabemos por ahora es que, una vez más, son los voluntarios, centenares de personas, quienes están haciendo frente al desastre. En 2002 iban con guantes de goma a arrancar pegotes negros. Hoy van con pequeños coladores intentando separar granos de arena de lentejas de plástico. Una vez más las autoridades gallegas han reaccionado tarde y casi obligadas por el empuje ciudadano. ¿No aprenderán nunca? Tienen una de las costas más bellas del mundo.
Soledad Gallego-Díaz
Es periodista, exdirectora del periódico 'EL PAÍS'. Actualmente firma columnas en este diario y publica...