Alex Saint, actriz y maquilladora de Aitana: "Me he querido morir varias veces ya a lo largo de mi vida"
La protagonista de la nueva serie de los Javis, 'Vestidas de azul', se sincera en una entrevista con El País
Madrid
Alex Saint (33 años, Orihuela) vive un momento profesional muy dulce. Su andadura comenzó orientada al mundo de la fotografía, pero, sin pretenderlo, se convirtió en maquilladora, requerida por destacados personajes públicos, como la cantante Aitana o la intérprete Ester Expósito. Ahora, gracias de la mano de los Javis, está desarrollando una carrera como actriz tras haber participado previamente en la serie La Veneno. Saint es la protagonista de Vestidas de azul, una nueva producción de Atresplayer Premium y que supone un homenaje a las historias de las personas trans del pasado, ampliando este foco al presente.
Saint vivió en sus carnes el proceso de convertirse en mujer. Lo hizo, como confiesa en una entrevista con El País, ya en edad adulta. "La empecé bastante mayor, con 25 casi 26. Como tanta gente de nuestro colectivo, no he tenido la infancia o adolescencia que hubiera querido", añade. La transición no fue algo sencillo para ella. "Tengo tendencia a deprimirme. Creo que en parte es por genética y en parte las vivencias desde pequeña. Ahora se habla mucho de salud mental y de todo esto, pero yo crecí como todos, sin saber qué era ni la ansiedad, ni la terapia".
Fue precisamente esta parte de su realidad la que los Javis aprovecharon para contar las historias en su nueva serie. "Me conocen y me propusieron contar esta parte de mí, la salud mental, la disforia. He tenido muchos problemas con eso. Hice la transición muy mayor y hay veces que me vi en esas. ¿Ahora dónde encajo? ¿Dónde me voy a mover, dónde voy a ligar? ¿Dónde me van a querer? ¿Dónde me van a querer en general? Es en el fondo es la cuestión de cómo vas a encajar en el mundo siendo una mujer trans", confiesa.
Un camino que no fue sencillo y que le llevó a tener pensamientos extremos. "A querer morirme. Literalmente. Es lo que yo he sentido. Me he querido morir varias veces ya a lo largo de mi vida, porque he concluido: Si esto es lo que la vida me ofrece, no lo quiero. No quiero estar sufriendo". A pesar de todo lo sufrido, reconoce que en su vida han pasado también cosas maravillosas y, aunque admite que tiene "el síndrome de la impostora muy dentro", está muy orgullosa de todo su progreso.