España es líder en ecocidios

El movimiento ‘Stop Ecocidio’ quiere convertir los daños ambientales o sistémicos contra una población en un crimen internacional, equiparándolos al genocidio, los crímenes de lesa humanidad, de guerra o de agresión contemplados en el Tratado de Roma de 1998 que constituyó la Corte Penal Internacional.

La definición del concepto de ecocidio que hizo un grupo de juristas en 2021 fue el primer paso para lograr que se convierta en un delito tipificado y penado en este tribunal. Según esta definición jurídica, se trata de “cualquier acto ilícito o arbitrario perpetrado a sabiendas de que existen grandes probabilidades de que cause daños graves, extensos o duraderos al medio ambiente". Pero para que la CPI lo reconozca como delito, deberían aceptarlo dos tercios de los países adheridos.

La periodista medioambiental Rosa Tristán es optimista. “De momento se van dando muchos pasos y hay más de 20 países que dentro de sus legislaciones tienen un delito que es ecocidio o similar, y muchos otros lo están tramitando”, celebra. Países como Brasil o México han dado pasos legales para que se reconozca este delito, y en Francia ha habido alguna denuncia por ecocidio. También en España, a través del Parlamento catalán, se ha hecho una propuesta para que se incluya en el Código Penal a nivel nacional, enumera Tristán. Y a nivel europeo se dio un paso importante hace dos meses al aumentar la cantidad y las penas de los delitos ambientales comparables al ecocidio.

Ecocidios en España

La experta asegura que España es uno de los países europeos con más infracciones ambientales y menciona algunos casos especialmente flagrantes, como la destrucción del Mar Menor, la sobreexplotación del agua entorno al Parque Nacional de Doñana o los efectos que pueda tener la ampliación del puerto de Valencia en la Albufera.

Para Tristán, también debería considerarse un ecocidio la tala de árboles para la ampliación de las líneas de Metro en Madrid. “Para un país y una ciudad tan impactadas por el cambio climático, que se haya optado por hacer toda una ampliación del Metro a costa de zonas verdes con árboles pudiendo haberse evitado, evidentemente es un ecocidio”, denuncia, “porque si algo vamos a necesitar en esta ciudad va a ser muchísimas sombras y está demostrado que los árboles pueden bajar la temperatura en su entorno”.

En este caso, los vecinos habían pedido medidas cautelares a la Justicia para evitar la tala, pero les fueron denegadas al considerarse que no había un riesgo inminente de tala. Mientras tanto, sigue su curso el procedimiento judicial, así como una investigación en una comisión del Parlamento Europeo. Pero Tristán lamenta que cuando lleguen sus decisiones, “ya será tarde, porque hemos podido ver en directo cómo se han cepillado un montón de árboles y que no ha habido prácticamente trasplantes”.