Hay años que es mejor no levantarse
Y, pese a todo, como decía el verso de Pepe Hierro, "somos alegres porque estamos vivos"
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Hay años que es mejor no levantarse
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Madrid
Hay años que es mejor no levantarse, y no hace falta mucho esfuerzo para pensar que 2023 ha sido uno de ellos. Baste decir que el año comenzó con una guerra -la de Ucrania- ya empezada y termina con otra -la de Oriente Medio- que tampoco va a aflojar pronto en su sangría.
En 2023 hemos tenido que googlear qué es el fentanilo, hemos tonteado -y cogido miedo- a la Inteligencia Artificial, hemos buscado las cosquillas jurídicas a indultos y amnistías y nos hemos visto tentados a buscar un mediador hasta para llamar al fontanero. En 2023 ha habido retornos como los de Lula, irrupciones como las de Milei, amagos como los de Feijóo e incluso una imprevista extensión del alquiler -la de Sánchez- allá en Moncloa.
La pompa y el boato quedaron para enterrar a Benedicto, proclamar a Carlos III o asistir a la jura de la princesa Leonor. Una divinidad inescrutable se llevó la misma semana a Henry Kissinger y Concha Velasco, y hubo que hacer virguerías conceptuales para decir en su funeral que Silvio Berlusconi fue un buen hombre.
En 2023 ganó Yolanda, perdió Irene y España se llevó un campeonato del mundo, pero la cosa debe de estar dura cuando hasta Elon Musk recomienda libros de estoicismo. Y, pese a todo, como decía el verso de Pepe Hierro, "somos alegres porque estamos vivos". Muy feliz 2024 a todo el mundo.