De la última carta del Titanic a las misivas inéditas de Sorolla: los mejores hallazgos epistolares de 2023
Hacemos repaso de las historias de correspondencia que se han descubierto este año y del proyecto
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Madrid
Quedan solo dos días para que termine el año y hemos pensado que es el mejor momento para hacer una recopilación de los mejores hallazgos de cartas de este 2023, misivas que han llegado hasta nosotros por distintas vías durante este año y que nos van a permitir viajar en el tiempo.
La primera parada la vamos a hacer en Reino Unido donde se han encontrado más cien cartas de amor enviadas por amantes, esposas y madres en 1757 a marineros franceses del siglo XVIII y que nunca llegaron a su destino. Fue un hallazgo casual además. Un profesor de historia de la universidad de Cambridge. Renaud Morieux, que se encontró, mientras realizaba un trabajo en los Archivos Nacionales de Reino Unido sobre prisioneros franceses, tres fajas de cartas muy pequeñas unidas por una cinta. Estaban selladas. Es decir, no habían sido abiertas. Pidió permiso para abrirlas y se lo concedieron. Nadie había reparado ni reclamado ese material lleno de polvo: 104 cartas manuscritas que habían pertenecido al buque Galatée, un buque francés que había combatido contra Inglaterra en la Guerra de los Siete Años, un conflicto global que tuvo lugar entre 1756 y 1763, entre las potencias europeas y sus colonias. El buque de guerra fue capturado por los ingleses y las cartas, que estaban en sus bodegas, incautadas por la Marina Real Británica.
Estas cartas se han conservado tan bien y han llegado hasta nuestros días gracias a que son de papel de algodón, muy resistente aunque también más caro.. Después de descifrarlas –los textos son un laberinto de palabras apiñadas, había que aprovechar cada centímetro de ese papel- cotejó los datos con otros archivos para completar el recorrido de 200 de sus protagonistas. Casi el 60% de las autoras de estas cartas son mujeres que escriben a sus parejas que pasaban largos periodos en el mar, conscientes de que había muchas posibilidades de que no regresaran. En estos documentos lo público y lo privado se funde, las cartas eran casi como un medio de comunicación en la época y en su redacción se implicaban, con frecuencia, varias personas, según cuenta este investigador.
El increíble proyecto que catalogará 160.000 cartas de barcos capturados por los británicos
Esto nos conecta con otra de las noticias del año relacionada con cartas que está conectada con esta historia de los marineros franceses: hace unas semanas se hicieron públicos los documentos de 130 barcos españoles capturados por los británicos durante la llamada guerra del Asiento (que tuvo lugar en el Caribe, 1739-1748) y la guerra de sucesión austríaca, procedentes de los Archivos Nacionales británicos. Entre esos documentos que se han dado a conocer hay muchas cartas. Los buques y corsarios británicos no solo confiscaron las cartas de los marineros franceses ... Hizo lo mismo con otros 35.000 barcos que apresaron en las guerras de los siglos 17 al 19, entre ellos barcos españoles... capturar barcos era una táctica de guerra... Hablamos de cientos de miles de documentos que en este caso, sí se están catalogando y archivando dentro un proyecto llamado Prize Papers que arrancó en 2018 y que tendrá una duración prevista de dos décadas.
Tienen mucho trabajo por delante: la idea es abrir y poner en contexto más de 160.000 cartas en varios idiomas, que se puedan consultar online junto con sus historias porque lo consideran un tesoro global y los primeros hallazgos que se han hecho públicos son estos documentos de barcos españoles, barcos que mantenían abierto el tráfico marítimo, a pesar de la amenaza de los británicos. Entre las embarcaciones capturadas hay un barco conocido como "La Ninfa" que cubría la ruta entre Cádiz y Veracruz en 1747. Transportaba mercancías y pasajeros que navegan hacia distintos destinos de América. También transportó 109 cartas como una dirigida a Miguel de Atocha que firma Francisca Muñoz. Miguel Atocha fue un sevillano que decidió emigrar en busca de una vida mejor. Su ausencia causó muchos problemas a su familia como relata su mujer que se queja de no recibir ni cartas.
Curiosear en los documentos de estos barcos nos permite conocer de primera mano cómo se organizaban esos primeros viajes a América. Los pasajeros ricos no tenían problema –en La Ninfa viaja por ejemplo un tal Luis Laso que había sido designado alcalde de un pueblo en México- pero los más humildes, tenían que viajar como criados o empleados de otra persona, desertar de un barco una vez pisaran el Nuevo Mundo o tratar de subir a bordo como polizones. Las mujeres, si querían viajar, tenían que demostrar que tenían un pariente cercano en América que les había pedido explícitamente cruzar el mar y reunirse con ellos. Para ello necesitaban mostrar cartas certificadas por notario. "La Ninfa" llevaba, entre sus cartas, una nota escrita en euskera, un hallazgo muy importante, porque la lengua vasca en el siglo 18 era mayoritariamente oral, recetas de cocina y poemas.
La historia de la última carta del Titanic y de las misivas de Sorolla
Otro hallazgo casual de este año ha sido el de los investigadores españoles en el Archivo Histórico de la Nobleza que han descubierto cartas inéditas de Joaquín Sorolla, con bocetos de retratos y reflexiones sobre su pintura. El hallazgo tuvo lugar además 15 días antes de la celebración de su centenario, las encontraron inesperadamente durante los trabajos técnicos previos a la digitalización del fondo de los condes de Villagonzalo que ya nos trajo otra sorpresa relacionada con Colón que comentamos aquí: aquel primer documento oficial de su llegada a la península. Lo de Sorolla son seis cartas inéditas donde intercambia impresiones con el conde de Villagonzalo. Estaban entre recibos. Datan de 1900 y son una nueva fuente para la investigación del proceso creativo de Sorolla que era un gran escritor de cartas y solía dibujar en ellas, tal y como nos cuenta María del Carmen López Villalta, investigadora del archivo.
Otra de las grandes noticias de cartas de este 2023 ha sido la subasta en el mes junio de una carta manuscrita que fue escrita por uno de los pocos latinoamericanos que viajaban a bordo del Titanic: Ramón Artagaveytia Gómez. Pasajero, de Uruguay, de ascendencia vasca, que escribió a su hermano Adolfo para contarle primeras impresiones del viaje tres días antes de morir en el trágico accidente del barco.
La familia la había conservado hasta ahora que decidió subastarla. La carta fue enviada desde Irlanda en la última escala del Titanic rumbo a Nueva York. Y la vamos a conectar con la que se conoce como "la última carta del Titanic". Escrita la noche del accidente por una pasajera de segunda clase, Esther Hurt, que estaba con su marido y su hija Eva. Iba dirigida a la abuela pero nunca pudieron enviarla... Se conservó porque el marido la guardó en el bolsillo del abrigo que le puso a su niña antes de montarla en un bote salvavidas junto a la madre...él no pudo subir porque no había sitio y pereció en el Esther Hurt y su hija Eva Hurt, que tenía 7 años entonces, serían muy críticas durante toda su vida con la carencia de botes salvavidas en el barco.
La última historia de cartas de este año nos la trae la bailarina y directora Lucía Lacarra que ha creado un espectáculo, llamado "Lost Letters", en base a una carta real escrita por un soldado de la Primera Guerra Mundial, Frank, a su esposa, Win, poco antes de fallecer en la contienda. Recrea cómo podría haber cambiado el destino de Win si nunca hubiera llegado a sus manos aquella carta. A Lucía le había impresionado visitar una exposición en Estados Unidos con miles de cartas que nunca llegaron a su destino en tiempos de guerra dentro de un proyecto para encontrar a descentientes a las que entregar esas cartas.
Es apasionante comprobar cómo cartas escritas hace tanto tiempo vuelven al presente gracias al trabajo de investigadores y artistas. También reviven aquí, en Cartagrafías.
Laura Piñero
Cartagena (1985) Periodista de la SER desde 2009. Ha pasado por Hoy por Hoy, A vivir Madrid y actualmente...