Los frutos del diálogo
Ojalá este espíritu constructivo se traslade a la inminente reunión Sánchez-Feijóo. La ciudadanía quiere que sostengan alternativas distintas, que discrepen, pero sin insultos ni altanerías
Madrid
La entrevista entre el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el de la Generalitat, Pere Aragonés, no ha sido un brindis al sol. Ha producido frutos concretos. Como el compromiso para elaborar una ley del plurilingüismo, gracias a la cual los ciudadanos puedan dirigirse a la Administración General del Estado en cualquiera de las lenguas cooficiales.
Esto no es un asunto menor, sino capital, porque va al encuentro del desinterés de muchos en los temas de común interés. Es normal que los ciudadanos españoles tengan derecho a dirigir sus peticiones o quejas a las instituciones de la Unión Europea en su idioma, el castellano o español. Y así sucede. Pues de la misma forma lo es que lo pueda hacer un catalán en catalán o un gallego en gallego o un vasco en euskera, a cualquier ministerio, a cualquier museo nacional, al Ejército, al Parlamento, o a los tribunales.
Ha habido más cosas, en este encuentro. No simplemente gestos, que ya es mucho cuando el gesto principal de estos tiempos desaforados suele ser la peineta. Si no el anuncio de actos concretos. Ojalá este espíritu constructivo se traslade a la inminente reunión Sánchez-Feijóo. La ciudadanía quiere que sostengan alternativas distintas, que discrepen, pero sin insultos ni altanerías. Y también que lleguen a pactos en cuestiones esenciales. Ojalá ocurra esto, aunque se logre solo un punto de acuerdo. “Dame una palanca lo suficientemente larga y un punto de apoyo, y moveré el mundo”, dijo el sabio Arquímedes hace muchos siglos. Tenía razón.
Xavier Vidal-Folch
Periodista de 'EL PAÍS' donde firma columnas y colaborador habitual de la Cadena SER, donde publica...