La Superliga: el superdinero

Madrid

El fallo ha sido favorable con el proyecto de Florentino Pérez, la Superliga puede seguir su curso, ya que ni la UEFA ni la FIFA pueden poner trabas a su desarrollo. La máxima autoridad administrativa comunitaria asegura que la UEFA y la FIFA han estado abusando de una “posición dominante” contra la creación de la polémica Superliga, amenazando con sanciones a los clubes. “Las normas de la Federación Internacional de Fútbol Asociación (FIFA) y de la Unión de Asociaciones Europeas de Fútbol (UEFA) que supeditan a su autorización previa cualquier proyecto de nueva competición de fútbol de clubes, como la Superliga, y que prohíben a los clubes y a los jugadores participar en la misma, so pena de sanciones, son ilegales”, reza la decisión.

La justicia europea dice además que “las facultades de la FIFA y de la UEFA no están sujetas a ningún criterio que garantice su carácter transparente, objetivo, no discriminatorio y proporcionado”. Sobre ese monopolio ya reconocido, Europa dice que “las normas que atribuyen a la FIFA y a la UEFA un control exclusivo sobre la explotación comercial de los derechos derivados de estas competiciones pueden restringir la competencia, habida cuenta de la importancia que estas últimas tienen para los medios de comunicación, los consumidores y los telespectadores”. Pese a esta primera posición dictada por la justicia, no se han pronunciado exactamente sobre si el balón empieza a rodar en la Superliga o no: “Una competición como la del proyecto de la Superliga no debe ser necesariamente autorizada. Al habérsele planteado cuestiones de carácter general acerca de las normas de la FIFA y de la UEFA, el Tribunal de Justicia no se pronuncia, en su sentencia, sobre este proyecto específico“.

Para Josep María Raya, catedrático de economía aplicada en el tecnocampus de la Universidad Pompeu Fabra, esta estrategia "puede favorecer la competencia, aunque puede ser que eso favorezca a los más grandes, y que los más pequeños salgan perjudicados", es decir, "que aumente la desigualdad entre equipos", explica el economista. Para Raya sí que hay que "replantearse como se distribuye el dinero", pero teniendo en cuenta que eso puede estropear la dinámica puramente deportiva.

Un modelo de negocio multimillonario

Cuando se anunció el proyecto en 2021 eran 12 los equipos que iban a formar la Superliga: Real Madrid, Barcelona, Atlético de Madrid, Juventus, Inter de Milán, AC Milán, Manchester United, Manchester City, Liverpool, Arsenal, Chelsea y Tottenham. Pese a la apuesta inicial, se bajaron del barco, los equipos ingleses, Atlético, Inter y AC Milán se terminaron bajando del barco. Según el anuncio de la Superliga, los clubes fundadores se repartirán 3.500 millones de euros para firmar y establecer “una base financiera sostenible”. La cifra por equipo significa que cada club fundador recibirá más de cuatro veces lo que se llevó a casa el ganador de la Champions League en 2020.

Las ventajas económicas del proyecto serán, sobre todo, en beneficio de los clubes y no de los aficionados, pese a que el CEO de A22, la empresa detrás del proyecto, asegura que los partidos se darán en abierto. No habrá redistribución de los beneficios de la radiodifusión. En la actualidad, la UEFA redistribuye los ingresos de la Liga de Campeones a clubes y ligas más pequeños. La Superliga permitiría a sus fundadores quedarse con todos estos ingresos sin necesidad de redistribución. Por otra parte, hacer que los mejores equipos jueguen entre ellos con más frecuencia podría mejorar la calidad del producto futbolístico, algo que los clubes de la Superliga pueden aprovechar. Los organizadores de la Superliga esperan también que los derechos de transmisión puedan generar 4.000 millones de euros al año, casi el doble de los 2.400 millones de euros generados por la Liga de Campeones en la temporada 2018-19.