Soledad Gallego-Díaz cuenta cómo vivió el asesinato de Carrero Blanco: "Poca gente aquel día, en aquella calle, estaba apenada"

Madrid

Los españoles vivimos cada vez más años, así que seguimos en pie varios millones que, hace 50, cuando el almirante Carrero Blanco saltó por los aires, incluso ya trabajábamos. Yo, por ejemplo, lo hacía en una agencia de noticias y tenía un director muy de derechas, pero muy buen periodista. Ese día se paseaba por la redacción como un león enjaulado: "Ni una palabra, no os creáis ni una palabra. Nada de una explosión de gas, esto es un atentado". Así que todos los redactores nos fuimos a la calle a ver que averiguábamos.

Se podía pasear por la calle Serrano, cerca de la iglesia, escenario de la explosión, y de repente me di cuenta de que me cruzaba varias veces con las mismas caras. Jóvenes como yo que subían y bajaban por la calle. Resultó que algunos me guiñaban el ojo al pasar. Pequeñísimo gesto de complicidad. Poca gente aquel día, en aquella calle, estaba apenada. Habrá que recordar un poco como era aquella desagradable y antipática España, en la que no se podía hablar, ni votar, ni nada de nada. Por no tener, las mujeres no tenían ni capacidad para decidir sobre sus hijos. La patria potestad era solo del padre. Qué tiempos más horribles. Bueno, también es verdad que oíamos cantar a Roberta Flack 'Killing me softly' y que Elvis acababa de grabar su último y enorme concierto, Aloha Hawai. Qué maravilla.