El Banco de España prevé un 2024 con crecimiento más bajo y menos inflación

Madrid

Después de un final de 2023 en clara desaceleración, la economía empezará a crecer más a partir del próximo año, pero a un ritmo mucho más modesto. Es el diagnóstico de las últimas previsiones del Banco de España, que pronostica que 2024 será un año con menor crecimiento económico y con una inflación más baja de la estimada hasta ahora. Y esta atonía en el crecimiento se mantendrá hasta 2026.

Traducido a números, este análisis supone aumentar ligeramente hasta el 2,4% el crecimiento del PIB previsto para este año 2023 y reducir a la baja la estimación de crecimiento para los dos próximos años. En concreto, el Banco de España calcula que la economía crecerá el año que viene un 1,6% (dos décimas menos de lo previsto en septiembre) y en 2025 y 2026 el crecimiento solo se acelerará hasta el 1,9%.

Hay dos razones fundamentales detrás de esta rebaja de previsiones de cara al año que viene. La primera es que 2024 será el año en el que se verán con mayor intensidad los efectos de las subidas de tipos de interés; y la segunda es que se reducirá ligeramente el consumo de los hogares, que ha sido el principal sostén de la economía durante estos últimos trimestres.

A pesar de esta desaceleración, “la economía española está manteniendo un grado de resiliencia destacado en comparación con el resto de países del área del euro”, explica Ángel Gavilán, director de Economía del Banco de España. Y eso se debe, según explica, precisamente a que el consumo de los hogares se ha mantenido mejor que en otros países.

Inflación más baja

El mayor cambio en las previsiones del Banco de España respecto a las presentadas en septiembre tiene que ver con la inflación prevista para el año que viene. Los nuevos cálculos rebajan de manera muy fuerte los cálculos de inflación hasta situarlos en el 3,3% en 2024 (un punto menos que lo estimado en septiembre). Gavilán ha explicado que “estas previsiones están muy condicionadas por la expiración de las medidas para contener la subida de los precios en materia energética”.

De hecho, en el corto plazo, “se espera que la inflación mantenga una senda ligeramente ascendente a comienzos de 2024 y que retome una senda descendente a partir de la segunda mitad del año”, dice el informe. Una bajada que será más importante de lo previsto porque, por un lado, los niveles de precios de la energía serán inferiores a lo esperado y, por el otro, la extensión a 2024 de algunas de las medidas para reducir el precio de los alimentos y del transporte permitirán que los precios suban más de lo esperado.