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Los ganadores del Gordo de 2022 cuentan cómo les ha cambiado la vida en solo un año: un presagio, 30 préstamos y un abrazo que lo cambió todo

Algunos agraciados cuentan por qué eligieron ese número, cómo celebraron el premio y qué han hecho con el dinero

Reportaje EP103 | Los ganadores del Gordo, un año después

Reportaje EP103 | Los ganadores del Gordo, un año después

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Madrid

Mar escuchó de pura casualidad cómo los niños de San Ildefonso cantaban el 05490: "Fue poner la tele y salió el Gordo, al momento. Y nunca veo los décimos al momento, pero no sé por qué, me dio por mirarlo y me volví loca". Le había tocado y, encima, había sido un regalo inesperado de un compañero de trabajo de su marido: "Habíamos ido de vacaciones y le debíamos un favor y lo típico que le traes un décimo y él nos lo devolvió y nos lo devolvió premiado".

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No tuvo tanta suerte la familia de ese amigo de Mar: "Él había comprado ya unos 10 para su familia y le faltaban 3 para dar y fue a la administración y no había el mismo número y ya salió para fuera y volvió a entrar y dijo, venga, dame tres distintos" y cogió los tres premiados". Ocurrió en la administración de A Fonsagrada, un pequeño pueblo de Lugo de unos 3.000 habitantes por el que pasa el camino de Santiago. Además de tocarle el Gordo a muchos vecinos, algunos peregrinos también se llevaron el premio a su casa. Otilia y Antonio son los dueños del local y, también de casualidad, se quedaron con un décimo: "Me dijo mi hija que no teníamos cero y yo dije, pues este es el año que naciste tú, vamos a coger este noventa, que si no no lo hubiera cogido", cuenta. Todavía no se han dado ningún capricho con ese premio pero tienen pendiente cambiar el coche y esperan poder cerrar la administración para hacerse algún viaje pronto.

Otilia y su familia celebran el premio a las puertas de su administración

Otilia y su familia celebran el premio a las puertas de su administración / Eliseo Trigo (EFE)

Otilia y su familia celebran el premio a las puertas de su administración

Otilia y su familia celebran el premio a las puertas de su administración / Eliseo Trigo (EFE)

Aquel día su administración se llenó de gente y Otilia acumula gran cantidad de recuerdos: "Una chica que tiene tres niños y no tenía trabajo fijo, vino aquel día por la tarde y me dijo "ábreme la puerta que te tengo que dar un abrazo". Mar también estuvo allí y reconoce que fue "el mejor día" de su vida. En su caso, de momento ha invertido parte del dinero en bonos del Estado, han cambiado el coche y el quad y han hecho algún viaje: "Cosas que te apetecía hacer que eran muy caras ahora las haces, como unos marisquitos... Así que vives mejor pero tampoco como un rico porque es un décimo", dice entre risas.

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"No llevo la vida que llevaba antes"

Con un décimo del Gordo de Navidad, descontando ya los impuestos, se ganan 328.000 euros. Una cantidad con la que uno no puede plantearse dejar el trabajo, pero todos los premiados coinciden en que viven más tranquilos. Juan tiene un gimnasio en Roquetas de Mar, Almería, y siempre comparte décimo con sus amigos. El año pasado se compró otro para él y les tocó el Gordo: "He aprovechado para quedarme bien y no deber tanto dinero como debía. Es que yo me había juntado entre tarjetas, préstamos, hipoteca y demás con cerca de 30 préstamos. Yo ya estoy servido. Me quedan cosas por pagar pero no llevo la vida que llevaba antes, empezando el mes pagando deuda. Es diferente".

Juan (vestido de marrón) y los amigos con los que compartía un décimo en su gimnasio de Roquetas de Mar

Juan (vestido de marrón) y los amigos con los que compartía un décimo en su gimnasio de Roquetas de Mar / Elisa Muñoz Barrero

Juan (vestido de marrón) y los amigos con los que compartía un décimo en su gimnasio de Roquetas de Mar

Juan (vestido de marrón) y los amigos con los que compartía un décimo en su gimnasio de Roquetas de Mar / Elisa Muñoz Barrero

A Juan no le gustan los números acabados en cero pero recordó que a su madre sí: "Pensé, bueno, de todos los feos cojo este que es más bonico, que empieza y acaba en cero". Otilia recuerda que muchos clientes, con el décimo ya cortado, le decían "dame un número más alto". El 05490 luce ahora en las paredes de su administración: "Cuando lo ves ahí en el cuadro dices, pues es bonito, sí".

El presagio de Perla

Tras 13 años trabajando en las cafeterías de La Moncloa, Perla se había quedado en el paro. El 2022 no fue un buen año y pasó por muchas apreturas económicas, pero tuvo un presagio que le hizo gastarse el dinero en lotería: "Un día soñé con mi padre, que me enseña un décimo y me dice que juegue. No me enseña un número, me enseña solo un décimo. Yo estaba muy apegada a mi padre y cuando él falleció lo pasé muy mal así que sentí que era un presagio, que tenía que jugar". Tan convencida estaba de esa profecía que fue a ver el sorteo en directo al Teatro Real y allí mismo, con sus hijos, se enteró de que había ganado el Gordo con un décimo que había comprado, precisamente, en el intercambiador de Moncloa: "Me emocioné mucho. Cayó en el momento más esperado".

Perla, junto a sus hijos, tras conocer que les había tocado el Gordo en el Teatro Real

Perla, junto a sus hijos, tras conocer que les había tocado el Gordo en el Teatro Real / Europa Press News

Perla, junto a sus hijos, tras conocer que les había tocado el Gordo en el Teatro Real

Perla, junto a sus hijos, tras conocer que les había tocado el Gordo en el Teatro Real / Europa Press News

Perla es peruana y llegó a España hace más de 20 años. Aquí han nacido sus hijos, de los que se encarga solo ella. Con el premio, han podido comprarse una casa: "No es grande, es pequeña, pero me da una gran tranquilidad saber que tenemos algo ya". Se ha guardado parte del dinero para los estudios de sus hijos.

Cuando el mayor capricho es una vaca

En Galicia se han repartido en dos locales 362 millones de euros, la mitad del total del Gordo. La administración de Otilia es una de ellas y la otra es la de José Luis, La Diosa Fortuna, en A Coruña. Él no tuvo tanta suerte y no se quedó con ningún décimo pero tiene clientes fieles que sí fueron agraciados: "Hay una señora mayor que viene a menudo que compró ese número porque acababa en 90, los años que habría cumplido su marido en 2022 de seguir vivo. Se presentó aquí el día del sorteo con su hijo, con toda la normalidad del mundo, a decirnos que les había tocado".

Borja es ganadero y también comparte el décimo premiado con su madre, Felisa, que tiene un bar en A Fonsagrada que también se llenó de gente el 22 de diciembre del año pasado. De momento, apenas han tocado ese dinero: "Nosotros vivimos más holgados. Podemos comprar alguna vaca más, porque hacía falta, no solo por la lotería, pero hasta ahora no nos hemos dado ningún capricho", cuenta en gallego. Pero siempre se tiene algo en mente y Borja reconoce que le gustaría comprarse "un piso en la costa o en Lugo o por ahí". Ahora podrá hacerlo realidad cuando quiera.

Elisa Muñoz

Elisa Muñoz

Periodista en Cadena SER desde 2008. Primero en programas como 'La Ventana', 'Hoy por Hoy Madrid' o...

 
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