Francia y Alemania intentan salvar la cumbre europea mientras que Hungría insiste en bloquear la ayuda a Ucrania

Los líderes de los 27 países de la Unión Europea intentan avanzar esta mañana en Bruselas en la adhesión de Ucrania, uno de los objetivos que mantiene España para los últimos días que aún restan de su presidencia de turno del Consejo, pero el primer ministro húngaro, el ultraderechista Viktor Orbán, mantiene su empeño en bloquear la negociación.

"El dinero a corto plazo para Ucrania está incluido en el presupuesto comunitario, por lo que no veo motivo para negociar hoy. No tenemos la presión del tiempo porque la solución a corto plazo está en el presupuesto", ha reiterado Orbán al llegar a la cumbre, confirmando así que Hungría mantiene el bloqueo a la distribución de 50.000 millones de euros en ayuda para Ucrania.

Esto no va de ofertas o de acuerdos. No hay que tomar más decisiones a corto plazo sobre Ucrania

—  Viktor Orbán, primer ministro de Hungría

Defiende Orbán que Ucrania no cumple con las condiciones previas que exige su país para entrar en la Unión a pesar de que la propia presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, ha recomendado que se inicie el proceso al dar por válidos los avances en materia de lucha contra la corrupción o trato a las minorías que ha ido dando el gobierno de Kiev.

Debido a esta postura, Von der Leyen, Emmanuel Macron y Olaf Scholz han intentado sin éxito convencer a Orbán de que suavice su postura en una reunión que han mantenido antes del inicio de la cumbre. Dirigentes de países como Finlandia o Lituania han acusado directamente a Orbán de no escuchar los argumentos de la Unión y de querer chantajear a los 27. "No podemos entrar en una lógica de bazar", ha concluido el belga Alexander de Croo en referencia a las peticiones de contrapartidas por parte de Hungría, para quien la Unión ha desbloqueado ya fondos esta semana.

Ucrania ha hecho un esfuerzo increíble para cumplir con las condiciones para su adhesión

—  Josep Borrell, Alto Representante de la UE para la Política Exterior

La reunión, en la que también se va a tratar la postura de la Unión Europea respecto a la guerra de Gaza que sigue sin ser tampoco unitaria, se prevé larga. El Alto Representante, Josep Borrell, ha defendido que el apoyo a Ucrania debe mantenerse porque, según ha defendido, es un conflicto que afecta a toda Europa.

Putin se aprovecha de la falta de acuerdo

En paralelo a la cumbre en Bruselas, Vladimir Putin ha ofrecido su primera rueda de prensa desde el inicio de la guerra de Ucrania, ya que el año pasado la suspendió por el conflicto. El presidente ruso ha insistido en que seguirá adelante con la invasión de Ucrania hasta alcanzar todos sus objetivos y ha subrayado que la comunidad internacional está rebajando su apoyo a Kiev.

Ucrania afronta el inicio de 2024 con el temor de no recibir nuevas inyecciones económicas de Estados Unidos ni de la Unión Europea, lo que ha llevado a Volodímir Zelenski en los últimos días a visitar Washington y a reunirse también con los líderes de distintos países del norte de Europa, que están también entre los que más dinero han destinado a la resistencia frente a Rusia.

En Europa afronta el bloqueo de Orbán, mientras que en Estados Unidos los republicanos mantienen a su vez congelada la partida presupuestaria para ayudar a Ucrania en la guerra de cara al año que viene. La administración Biden ha destinado ya más de 75.000 millones de dólares a ese país y parte de los congresistas republicanos quieren disminuir o detener la ayuda. Esa ayuda es mayor que la de los cuatro siguientes donantes (Reino Unido, Alemania, Noruega y Dinamarca) todos juntos.

Zelenski ha participado en la cumbre por videoconferencia y ha pedido a los líderes europeos que no caigan "en la indecisión" y les ha señalado también que "la ciudadanía europea no entenderá que la sonrisa de satisfacción de Putin es el resultado de la reunión de Bruselas". Ucrania apenas ha avanzado en el frente terrestre en su contraofensiva, y sigue esperando la llegada de los cazas F-16 que van a enviar distintos países. Sin esos impulsos económicos de sus principales donantes, su capacidad de resistencia frente a Rusia se resentiría de un modo que puede ser determinante para la evolución de la guerra.