Política

La mayoría del Congreso avala la amnistía en un pleno descafeinado tras meses de protestas y proclamas

Uno a uno, 178 diputados han apoyado la iniciativa del PSOE para amnistiar los delitos vinculados al 'procés'. Las grandes palabras de la oposición llegan un tanto gastadas por el uso al primer pleno de su tramitación, la sesión "más triste y decadente tras el 23-F", según Núñez Feijóo

La Ley de Amnistía pasa su primer examen en el Congreso

El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, interviene en el debate de la toma en consideración de la proposición de ley del PSOE de amnistía para la normalización institucional, política y social en Cataluña, este martes en la Cámara Baja. / ATLAS

Madrid

Queda lejos aquella mañana del 5 de septiembre en la que Carles Puigdemont se pronunció por primera vez, empezó a virar y puso precio a su apoyo a Pedro Sánchez. Y desde Bruselas, advirtió: antes de la investidura debería estar aprobada la amnistía por el procés. No ha sido así ni tampoco el primer gran debate de este martes ha estado a la altura de la gravedad del tono y el grosor de las acusaciones que han precedido este primer pleno ordinario de la legislatura. La amnistía que ha servido de llave para la legislatura ha aterrizado en el Congreso cuando Pedro Sánchez lleva más de tres semanas reelegido. Cinco meses después de las elecciones que frustraron las expectativas de Alberto Núñez Feijóo y con una investidura fallida por medio, el líder del PP ha sentenciado que ésta ha sido la sesión "más triste y decadente desde el 23 de febrero de 1981". Al final de la jornada, 178 diputados han apoyado uno a uno por llamamiento que la amnistía siga adelante.

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El formato de la sesión ha facilitado que sea Núñez Feijóo quien protagonice una suerte duelo parlamentario con Patxi López, un choque descafeinado porque el socialista ha querido rebajar el tono y porque, tras semanas de protestas y proclamas, casi todas las palabras han llegado a este martes bastante desgastadas de tanto usarlas. El "fraude", la "corrupción política", la "humillación", la "vergüenza nacional" y "el bochorno internacional" forman parte de la retahíla diaria en la que el dirigente popular ha colado una novedad: el anuncio de una posible comisión de investigación "si el PSOE continúa sin dar información sobre sus negociaciones en el extranjero" para que los españoles sepan "exactamente todo" sobre estas reuniones. En la diana, Pedro Sánchez, que cambia "el poder por el pudor", y su Gobierno de coalición, a quien le ha quitado la vitola de progresista. No puede ser progresista que las instituciones "se rindan" a los intereses del presidente del Gobierno para "dar privilegios a políticos frente a los ciudadanos". "Es lo más reaccionario que hay: El PSOE preside una coalición reaccionaria", ha zanjado el líder popular.

El PSOE desdramatiza y los socios reman

La proposición de ley ha llegado al hemiciclo de la Carrera de San Jerónimo cuando casi todo está dicho, también por el lado del PSOE. Pedro Sánchez lleva semanas haciendo pedagogía mediática y, ausente en esta sesión alegando razones de agenda, ha sido Patxi López el encargado de rebajar el dramatismo y la grandilocuencia. Le ha concedido al PP el "derecho al pataleo"; pero sólo hasta ahí. "No pueden engañar a la gente diciendo que lo hacen en nombre de la democracia, del Estado de Derecho, de la Constitución y de la igualdad porque es radicalmente falso", ha bramado López. La amnistía, ha explicado el portavoz socialista, es "excepcional", pero no "inconstitucional". Sin amnistía, ha añadido, no habría habido Transición y la amnistía (para rematar) es más garantista que los indultos, que se conceden por gracia del Gobierno sin debate democrático en las Cortes. Y para tristeza, según Patxi López, la de tener que presentar una moción de censura para combatir la corrupción del Partido Popular. (Hay en la bancada del PSOE quien no ha pillado del todo esta apostilla, que fue esa moción de censura la que cambió la suerte de los socialistas hasta hoy).

Ha hilado con más tino para los suyos la portavoz de Sumar. Jornada triste, según Aina Vidal, fue el día que se le retiró la autonomía "a su país", con la aplicación del artículo 155 en Cataluña. Los socios minoritarios del Gobierno, que fueron quienes primero rompieron el tabú y empezaron a pronunciar la palabra con todas las letras tras el 23-J, se han subido a la tribuna para remar favor de la iniciativa que, trompicones mediante, terminó registrando el PSOE en solitario. Este martes la han defendido los socios que inicialmente estaban llamados a estampar la firma en la proposición de ley y que suman la mayoría para sacarla adelante. Mikel Legarda (PNV) y Jon Iñárritu (Bildu), aferrándose ambos a sentencias del Tribunal Constitucional; Martina Velarde (Podemos), con reivindicación de la autoría de la "desjuicialización" del procés y los independentistas, que hacen una lectura de la medida muy distinta a la del PSOE y que ni siquiera entre ellos se ponen de acuerdo sobre cómo interpretarla.

Porque para los de Puigdemont la amnistía es el reconocimiento del "error" del Gobierno y no el "perdón del pueblo de Cataluña" a lo que ocurrió, pero se ha encargado Junts de poner de manifiesto que ERC dejó atrás a muchos enjuiciados en la negociación de la legislatura pasada, cuando se aprobaron los indultos. No ha caído en la provocación Gabriel Rufián, portavoz republicano, que sólo ha buscado a Núñez Feijóo a cuenta de los casos de corrupción del PP. Eso sí, para que conste en el diario de sesiones, el recordatorio de que la siguiente pantalla del independentismo es el referéndum de autodeterminación.

La crispación: un destino inevitable

Sin grandes titulares ni claves nuevas, la sesión sí que ha servido para constatar que la crispación de la legislatura es casi un destino inevitable: al pulso de la oposición al Gobierno se suman las pugnas paralelas entre sus socios y entre los partidos a su derecha. La unidad de los líderes del procés forma parte del pasado remoto y el futuro próximo de PP y Vox está marcado por la competición. "Abascal siempre al rescate", se han quejado los populares en los pasillos del Congreso a cuenta de las declaraciones en Argentina del presidente de Vox en las que vaticinaba que Pedro Sánchez acabará "colgado por los pies". El líder de la ultraderecha ha aprovechado su turno para lamentar que nunca se prestó al juego de atacar la relación de Feijóo con Marcial Dorado mientras que el líder del PP no ha tardado en condenar sus palabras en ‘Clarín’. Aparentaba cierta tristeza, pero en las filas populares ha sorprendido la dureza del tono. En el día grande de arremeter contra la amnistía ha sido el socio del PP en tantos gobiernos autonómicos quien haya sacado a pasear al narcotraficante en el Congreso. La legislatura solo acaba de empezar.

 
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