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"Salté del avión justo a tiempo": el grave accidente de aviación que convirtió a Roald Dahl en escritor

Gatopardo Ediciones publica "Te quiere, Boy" con más de 600 cartas del escritor británico compartidas con su madre que retratan su infancia, madurez y todas sus facetas como la de piloto de avión o inventor médico

Cartagrafías | Especial Roald Dahl

Cartagrafías | Especial Roald Dahl

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Una se pregunta qué tuvo que vivir Roald Dahl -el escritor más leído de la literatura infantil que también tuvo una importante producción de obras para jóvenes, adultos, libros de relatos, guiones o poemas- en la vida real para imaginar mundos tan mágicos y diversos como el de Matilda, Charlie y La Fábrica de Chocolate, Las Brujas o Relatos de lo inesperado, etc, y una vez más, la respuesta puede estar en sus cartas. Concretamente, en un epistolario que acaba de publicar en España “Gatopardo Ediciones” con correspondencia del escritor británico con su madre: “Te quiero, Boy”.

Su madre, Sofie Magdalene fue la persona que más influyó en su personalidad, su primera lectora, la mujer que despertó su imaginación porque le contaba cuentos noruegos de seres misteriosos. Estas misivas, que él firmaba como un cariñoso “te quiere, boy” abarcan cuatro décadas: desde 1925, cuando él tenía 9 años hasta casi sus 50. El libro incluye 600 cartas, fotografías -algunas hechas por el propio Dahl, muy aficionado a la fotografía-.. Son cartas privadas que no se concibieron para ser publicadas según nos explica Mariana Sández, responsable de la edición en España: "recomendaría este libro a a todos los lectores de Roald Dahl que se han fascinado de una de una u otra forma con su obra, este libro va a hacer las veces de biografía que muy probablemente no exista nunca en castellano, va a ser lo más cercano a una biografía que podemos tener de Roald Dahl en nuestro idioma. Por otro lado, lo recomendaría a aquellos que nunca lo han leído porque es una excelente puerta de entrada para introducirse en su mundo en su visión de las cosas, es un autor descomunalmente contemporáneo".

"No solo ya empieza a demostrar ser la prefigurar la persona que y el autor que luego será con el tiempo sino que además demuestra con la madre un un nivel de confianza un grado de de cercanía y interior muy importante por lo cual le hace confesiones que mmm muchas veces los niños no harían a sus padres y son de una exquisitez absoluta porque cada momento tiene su su aspecto valioso por ejemplo cuando participa en la guerra y una un sin fin de detalles de un nivel de descripción ,con una cantidad de detalles de colores... Me parece que el libro abarca todo un un arco un recorrido que se mete muy en profundidad en la vida de este autor tan magnífico tan genial y que nos ha dado estos libros alucinantes y una vez que uno conoce ya no no quiere dejar de leer.

El escritor tuvo una dura infancia en internados que desembocaron en "Matilda"

Dahl nació en septiembre de 1916, en Cardiff, Gales, aunque su familia era de origen noruego, seguía pasando las vacaciones en Noruega. Su madre, se casó con su padre, que era 20 años mayor que ella. Tuvieron 5 hijos. Roald fue el cuarto y le pusieron "Roald", en honor al explorador polar Roald Amundsen, héroe nacional de Noruega. Con tres años, perdió a una de sus hermanas por apendicitis y unos meses después, a su padre por neumonía. En el lecho de muerte, el padre le hizo prometer a la madre que sus hijos se educarían en escuelas e internados ingleses. Ella cumplió y Dahl pasó su infancia y juventud en varios colegios que fueron para él una pesadilla: eran lugares insalubres, los niños enfermaban con frecuencia, el equipo docente maltrataba a los alumnos - un director le dio una paliza descomunal por poner un ratón muerto en un tarro de dulces-. También sufrió acoso escolar por parte de algunos compañeros dentro de una estructura totalmente jerarquizada, en una ocasión casi le ahogan en el baño del colegio. Sin embargo, no hay rastro de todo esto en las cartas que comienza a enviar a su madre -sí lo reflejará posteriormente en Matilda- porque se las censuraban y no estaban bien vistas las muestras de debilidad así que el niño se refugió en sus aficiones: el deporte, la fotografía, la historia natural, en inventar. En la correspondencia con su madre que le había inculcado el amor por muchas de estas actividades.

Espía, piloto, inventor médico o relaciones públicas: las mil y una vidas de Roald Dahl

Tras terminar la secundaria, acabó tan harto de disciplina que decidió que no quería estudiar más sino vivir aventuras...su madre le dio permiso para formar parte de una expedición para cartografiar áreas inexploradas de Terranova...Al regresar, aceptó un puesto en una compañía petrolera que luego le llevó hasta a África -su madre mientras tanto, muy preocupada por el futuro de su hijo, encargó a una vidente su carta astral y curiosamente salió que sería escritor-... La naturaleza del continente africano despertó su lado más místico. Allí, cuando estalló la Segunda Guerra Mundial, decidió convertirse en piloto del ejército. Hay cartas magníficas de esa formación como piloto y de cómo se vivió el conflicto desde las colonias.

En este período, además, vivió el episodio clave que, según él, cambió su cabeza para siempre y le impulsaría a escribir: en octubre de 1940, en su primer día de servicio como piloto, mientras sobrevolaba el desierto de Libia en la oscuridad. se estrelló. Casi no lo cuenta. Afortunadamente otro piloto que volaba a la vez en otro avión, lo acompañó en la fría noche del desierto a la espera del rescate. Tuvo unas lesiones craneales muy severas, estuvo 3 meses en el hospital víctima de una conmoción cerebral y ciego –se enamoró de la voz de la enfermera que lo cuidaba-. En estas cartas está el Dahl más vulnerable, aunque siempre centrándose en el lado más positivo de las cosas.

Cuando se recuperó del accidente, podía haber pedido la invalidez, pero se reincorporó al escuadrón para combatir en Grecia, su unidad luchó con una desventaja enorme con respecto a los alemanes. Muchos de sus amigos fallecieron.... Luego tuvo oportunidad de pilotar otra vez en Palestina, pero ya las lagunas mentales eran tan insoportables que fue declarado no apto para volar. Todo se lo tomaba con humor.

Para Dahl dejar de volar fue muy duro, pero enseguida recibió una oferta de trabajo en Estados Unidos que le entusiasmó: atraer al público americano a la causa aliada de la guerra. Empieza a frecuentar importantes círculos políticos y de celebridades. Llegó a pasar un fin de semana en la casa de campo del presidente Roosevelt que, según cuenta a su madre, se dedicaba a contar a los huéspedes cuentos macabros de difuntos. También detalla cómo le llegó la primera oportunidad para escribir, sin buscarla: quedó para comer con el escritor C.S Forester que quería conocer detalles de sus accidente para un periódico. La mesa era muy pequeña y pidieron un aparatoso asado que impidió a Forester tomar notas. Dahl se ofreció a escribir la historia él mismo y cuando Forester la leyó quedó tan impresionado que logró que la publicaran su relato tal cual en el periódico. Así arrancó su carrera como escritor. También aparece en la correspondencia el mismísimo Walt Disney que se interesa por sus historias de “Los Gremlins” cuyo origen también está en los aviones y que terminarían convirtiéndose en protagonistas de su primer libro infantil.

También fue espía antes de dedicarse definitivamente a escribir. Estuvo trabajando para el servicio de coordinación de la seguridad británica en Nueva York. No da detalles en las cartas como es lógico, pero sabemos que transgredían los límites de la ética para favorecer los intereses británicos. Al terminar la guerra regresó a Inglaterra, sus primeros libros no tuvieron muy buena acogida y ante el rechazó de sus editores a seguirle publicando, regresó a Estados Unidos donde se reinventó como escritor de cuentos siniestros para adultos y como guionista de cine. Alfred Hitchcock filmó como un episodio de "Alfred Hitchcock Presenta" uno de los más famosos: Hombre del Sur.

En estos años se casó con la actriz Patricia Neal y la paternidad -tendrían 5 hijos- fomentó su deseo de escribir para niños, su faceta más conocida. A través de estas cartas conocemos también su faceta como inventor médico que desarrolló a raíz de varias tragedias familiares: el derrame cerebral que sufrió su mujer - ideó método pionero de terapia intensiva que contribuyó a su recuperación-. Y diseñó una válvula para mejorar la calidad de vida de su hijo que sufría lesiones cerebrales a consecuencia de un accidente de tráfico y que se aplicaría a otros niños con las mismas lesiones en todo el mundo. Dahl también perdió a su hija por el virus del sarampión y su carta más famosa es la que publicó en defensa de las vacunas y que escuchamos.

La cartas de la madre de Roald Dahl no se conservan tal y como explican los responsables de la editorial. Es extraño porque Dahl conservó otras cartas y contó que su madre había guardado estas cartas en secreto durante décadas. Poco después de que ella falleciera, en 1967, las recibió todas por correo en casa. Nos quedamos con ganas de conocer más de su personalidad, Roald Dahl dijo de ella, antes de morir en 1990: "sus hijos brillaban a su alrededor como los planetas en torno al sol"...Por eso, este epistolario está dedicado a todas las madres extraordinarias.

Terminamos con la carta de una niña de Colombia que pide no censurar los libros del escritor que nos hizo creer en la magia.

 
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