Tregua
"Estamos muy pendientes de la tregua en la franja de Gaza y al usar esta palabra rendimos recuerdo a la larga lista de reyes godos que tuvimos que aprender de memoria y que, entre otras cosas, nos dejaron un puñado de palabras que aún sobreviven"
Madrid
Hoy estamos muy pendientes de la tregua en la franja de Gaza y al usar esta palabra rendimos recuerdo a la larga lista de reyes godos que tuvimos que aprender de memoria y que, entre otras cosas, nos dejaron un puñado de palabras que aún sobreviven. Y como no se instalaron pidiendo paso por favor, entre ellas heredamos algunas con las que nos referimos a los conflictos: los bandos enfrentados, las banderas que enarbolan, incluso las bandas de individuos armados que actúan al margen de los ejércitos. Y sobre todas ellas, dos: la guerra ('werra'), y la tregua ('triggwa').
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Para ellos la guerra era una pelea o una discordia, y la tregua, un tratado, un acuerdo. Por eso, cuando llegaron al diccionario hace 300 años, al margen de su sentido referido al conflicto armado y a su pausa temporal, guerra y tregua sirvieron, metafóricamente, para nombrar otro tipo de conflictos - familiares, personales, empresariales - y otro tipo de interrupciones. Por eso las parejas, los negociadores o los equipos enfrentados en una competición se dan treguas; los precios en su subida o el dolor en una enfermedad nos dan de vez en cuando una tregua. O nosotros mismos, en un tiempo de intenso trabajo, nos damos una tregua con el descanso. También los alemanes, herederos de los godos, nos dejaron el verbo brindar ('bring dir’s'). Así que hoy, como seguramente hicieron en muchas ocasiones los reyes godos, desde Alarico a Rodrigo, brindamos por esta tregua.
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