La pausa y el disparate
La intempestiva reacción parece que pretende disimular la debilidad del dirigente israelí, empujado por todos a parar los bombardeos durante unos días
Barcelona
Por fin ha empezado la pausa humanitaria en Gaza. Sin bombardeos, la ayuda alimentaria puede entrar en cantidades muy superiores. Y se ha iniciado el primer canje de rehenes de Hamás por presos del Estado israelí. Ojalá esta pausa de pocos días se prolongue y se convierta en permanente, en un verdadero alto el fuego. Va a ser muy difícil lograrlo. El primer ministro Benjamin Netanyahu se prepara para seguir en el sur de la franja la enorme destrucción que ha realizado en el norte.
En realidad, el éxito de la pausa es de momento parcial. Hay que entender esa “flexibilidad” de Tel Aviv por la enorme presión internacional contra la matanza, también de EE. UU. y potencias árabes como Qatar. Y por la gran división en el seno de la ciudadanía judía: son muchos los que, reconociendo que deben defenderse, discrepan de la guerra sin cuartel desatada por su Gobierno. La convocatoria de la embajadora española y la crítica a los primeros ministros español y belga, Pedro Sánchez y Alexander de Croo están de más. Sostiene Netanyahu que sus declaraciones entrañan un apoyo a Hamás, cuando ambos, como presidente de turno actual del Consejo de la UE y su sucesor inmediato, han condenado sus “terribles asesinatos”.
La intempestiva reacción parece que pretende disimular la debilidad del dirigente israelí, empujado por todos a parar los bombardeos durante unos días. Y quizá lleva el anuncio implícito de que no prorrogará la pausa. El pueblo judío merece gobernantes sabios, que los ha tenido, no un ultra cegado por la venganza.
![Xavier Vidal-Folch](https://s3.amazonaws.com/arc-authors/prisaradio/f7168c26-a49a-4d73-9ec3-792aee7f62bf.png)
Xavier Vidal-Folch
Periodista de 'EL PAÍS' donde firma columnas y colaborador habitual de la Cadena SER, donde publica...