¿Cómo reaccionamos a las ofertas y promociones de Black Friday?: "Los comercios juegan con el miedo a perdernos algo"

Madrid

Estamos ya inmersos en plena semana de Black Friday, el clásico viernes negro en Estados Unidos, que en España de clásico tiene más bien poco. Se trata de una costumbre importada desde el otro lado del Atlántico que tiene su origen en el estado de Filadelfia. Durante una jornada posterior a Acción de Gracias en la década de los 50, la ciudad se colapsó por la celebración el sábado de un partido de fútbol americano entre el ejército y la marina, que llevó a la localidad a una avalancha de personas que aprovecharon para hacer sus compras de Navidad.

Ante el caos, los policías trabajaron largas jornadas para controlar a las multitudes, por lo que bautizaron ese día como Viernes Negro. Una expresión que se extendió para calificar a esas hordas de clientes que abarrotaban las tiendas cada día después de Acción de Gracias.

Para encontrar su origen en nuestro país hemos de remontarnos al año 2012, cuando la tecnológica alemana MediaMarkt impulsó la primera campaña de Black Friday en España. Ya al año siguiente se unieron marcas como Amazon o El Corte Inglés, hasta alcanzar en poco más de diez años la popularidad actual. Hoy en día todo el mundo sabe en qué consiste, y pocos son capaces de resistirse a sus ofertas: "Las empresas juegan con la escasez, con el miedo de perdernos algo, de creer que hay algo ahí importante que seguramente otra gente también está interesada o va a comprar", explica Diego Valero, profesor de la IE University y experto en comportamiento del consumidor.

El Black Friday es una de las fechas marcadas en rojo en el calendario por los consumidores. Más incluso que las rebajas de enero. Según datos de la consultora KPMG, un 74% de españoles piensan gastar algo de dinero en esta jornada, que no sólo engloba al viernes 24, sino que se extiende a lo largo de toda la semana, desde el lunes. Una estrategia que se une a la promoción de la escasez. Según Valero los comercios se valen de lemas del estilo "aprovecha que nos queda poco tiempo, aprovecha que es un día, aprovecha que es una semana...". Aunque, eso sí, la mayoría planea reducir el gasto, ya sea por la inflación o por no dejarse llevar por los impulsos.

Son precisamente esos impulsos los que nos llevan en ocasiones a hacer compras que realmente no son necesarias. Diego Valero lo achaca a nuestra tendencia a la satisfacción inmediata: "Una vez esa satisfacción se evapora, porque eso dura unos segundos, inmediatamente lo que nos viene a la mente es por qué lo he hecho, que es la aversión a la pérdida que acabamos de tener. Además, la sensación de pérdida nos duele casi tres veces más de lo que nos satisface un gozo inmediato".

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Otro debate es si realmente las bajadas de precio durante esta semana son realmente significativas. En OCU llevan monitorizando las bajadas desde 2015, y llama la atención ver que su conclusión es que para ahorrar no hace falta comprar en estas fechas. Sin ir más lejos, el año pasado recogían que sólo el 2% de productos bajaban de precio, por un 34% que eran incluso más caros. La conclusión a la que llegan es que existen comercios que suben los precios de determinados productos las semanas previas al Black Friday para después hacer una rebaja que realmente no es tal. La Ley en este aspecto es clara, señala que para figurar como oferta, el producto ha de estar a la venta a un precio inferior al que tuviera en los treinta días precedentes.

Lo más buscado en el Black Friday 2023

Destacan, como siempre, las compras tecnológicas: Ordenadores, teléfonos móviles, auriculares, televisores y demás son tendencia cada Black Friday. Según un informe reciente de Aplázame, la plataforma de financiación flexible del banco digital WiZink, La mitad de los compradores este año van a optar por compras tecnológicas. Por detrás, el 30% de los compradores va a aprovechar este Black Friday para renovar el armario. y en mucha menor medida, habrá compras de productos de cosmética y perfumería, o experiencias de ocio y viajes. En cuanto a cantidades, el informe destaca que la mayoría de españoles pondrá el tope de gasto en 200€.