Política

Junts impone su ritmo a la negociación y retrasa los planes del PSOE para un acuerdo inminente

Pedro Sánchez quería cerrar la semana con la ley de amnistía registrada y el debate de investidura convocado, pero los de Puigdemont estiran la negociación. Las conversaciones siguen, con la voluntad de llegar a un acuerdo, pero ambas partes aseguran que aún hay "elementos técnicos y políticos" por cerrar

Carles Puigdemont en una imagen de archivo en Bruselas. / OLIVIER MATTHYS EFE

Madrid

Justo un mes después de recibir el encargo del rey Felipe VI y tras semanas de intensas y discretas conversaciones con las cúpulas de Esquerra y Junts, el PSOE pretendía pisar ya el acelerador de la investidura. El plan de Ferraz pasaba por registrar la proposición de ley de amnistía el jueves para cerrar los acuerdos políticos con el resto de socios y que este viernes la presidenta del Congreso comunicara la fecha del debate de investidura. Pero los socialistas se han topado con que los de Carles Puigdemont pretenden marcar su propio ritmo a la negociación.

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Ambos partidos llevan desde este jueves tratando de desencallar varios puntos de la ley de amnistía, cuyo contenido ya se ha pactado con Esquerra Republicana. Las reuniones y contactos se han intensificado en las últimas horas, con encuentros en Barcelona y en Bruselas, pero eso no ha permitido alumbrar el acuerdo final. En concreto, fuentes de las dos formaciones aseguran que hay "textos muy avanzados" pero que aún quedan aspectos técnicos, que requieren de la supervisión de juristas, por cerrar. Junts per Cataluña quiere garantías de que la aplicación de la norma servirá para ejemplos concretos, como el caso Volhov, que se encuentra bajo secreto de sumario y que afecta al jefe de la oficina y mano derecha de Puigdemont.

Desde el equipo del expresidente de la Generalitat, se niegan a explicar más detalles sobre el estado de las conversaciones. "Estamos intercambiando papeles e ideas, pero nada más". "Tenemos que superar algunos elementos técnicos y políticos que no están resueltos", dicen fuentes del entorno de Puigdemont tras los contactos mantenidos hoy. Los post-convergentes no quieren levantar ninguna expectativa pero llaman a la calma. "No hay nada cerrado pero no hay que angustiarse, estamos en tiempo y forma", "venimos de cuatro años en el rincón" y "tenemos nuestro propio ritmo", concluyen. Lo que trasladan los dirigentes independentistas es que hay voluntad de pactar pero tras ver como Esquerra se apuntaba los principales logros, Junts impone sus plazos y hace valer su propia negociación.

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Puigdemont y Junqueras

La estrategia del partido de Puigdemont ha hecho que los socialistas regresen también al modo 'discreción máxima' y a los llamamientos a la prudencia. Aseguran que posibilidad de acuerdo hay y que las conversaciones siguen por los mismos derroteros que hasta ahora, pero ya no se ponen plazos concretos, como sí hacían a principios de semana. Ferraz no quiere aumentar la presión sobre Junts y pasa de dar por hecho que la investidura sería la próxima semana a decir que hasta el día 27 de noviembre, fecha tope para alcanzar un acuerdo,"hay tiempo".

De todos modos, aunque la presidenta del Congreso no haya podido fijarlo hoy, la intención de los socialistas sigue siendo celebrar el debate de investidura los días 8 y 9 de noviembre, el miércoles y jueves de la semana que viene. Armengol convocará esa sesión en cuanto se cierre el pacto con los independentistas. Reglamentariamente, la presidenta solo necesita 48 horas de margen para hacerlo pero desde su equipo ya han confirmado que hay precedentes en los que se ha llamado al Pleno con menos tiempo. La Mesa de la Cámara ha habilitado todos los festivos y fines de semana del mes para poder celebrar en cualquier momento ese debate de investidura.

 
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