Una masterclass para los escépticos: encontrar la ironía escondida en un libro para dar con "el deseo de poner todo patas arriba"
Javier del Pino se ha desplazado al Círculo de Bellas Artes para presentar un programa especial de 'A vivir que son dos días' por motivo de la celebración del Festival Eñe al que han acudido de invitados los autores Juan Gabriel Vásquez y Leonardo Padura
Una masterclass para los escépticos: encontrar la ironía escondida en un libro para dar con "el deseo de poner todo patas arriba"
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Madrid
Este domingo Javier del Pino, Juan José Millas y Paqui Ramos han trasladado el plató de 'A vivir que son dos días' al Círculo de Bellas Artes por motivo de la celebración del Festival Eñe. Rodeados de todas las personas que les acompañan, alguno incluso de pie "por problemas de overbooking", reciben entre aplausos a los escritores Juan Gabriel Vásquez y Leonardo Padura para hablar de la esencia del humor y la ironía saboreada en la literatura.
Los presentadores han ido con los deberes hechos, al menos Juanjo, quien esta semana ha dado un curso de literatura con el que se ha enfrentado cara a cara con la ironía para "arreglar los tópicos" y hacer que sus alumnos "aprendan a buscarse la vida" para dar con esa frase "antipoética y brutal" que cambie el sentido de la novela.
A la "masterclass" de Juan José Millas han acudido Juan Gabriel Vásquez y Leonardo Padura para destacar la importancia del "el arte de escribir" y saber "captar la atención cuando escribes poesía o una novela". Como ha explicado Vásquez, "el humor forma parte de la tradición de la novela moderna" y hasta los narradores más escépticos deben "tener el deseo de poner todo patas arriba" con los golpes de sarcasmo que le da una frase a los "poderes y la jerarquía de la sociedad".
Para Leonardo Padura el humor "es el componente esencial de la vida". El autor opina como Váquez y ha añadido que él suele usar más la ironía porque si "no nos riéramos de muchas cosas estaríamos muy jodidos, llorando por el mundo y el humor nos salva de eso". Padura ha explicado que utiliza "personajes pesimistas" para respaldarse de las "agresiones terribles de la realidad" ya que la ironía que aplica en su narrativa le ha permito siempre liberarse "de las cosas supuestamente, más serias y sagradas".
Como han destacado los autores, un escritor debe sentirse orgulloso de "no poder controlar las carcajadas de un hombre que ríe solo leyendo un libro", porque la novela es "una rebeldía", una manera de cambiar el sentido de la vida.