Un creador de crucigramas revela si ha escrito mensajes ocultos en alguno y la historia que cuenta después no puede ser más emotiva

Hay quien compra un periódico y lo hojea desde la primera página, otros quizá van directamente al final, para leer una entrevista o el contenido de la contraportada. Pero mucha gente va a por algo que es muy genuino de estos productos: los crucigramas. Hablar de periódico y crucigrama es casi hablar de algo continuo. Hay una persona en nuestro país que lleva fabricando estos juegos por años y concretamente 33 en el diario catalán «La Vanguardia». Él es Màrius Serra, crucigramista y escritor. Preguntado sobre si él alguna vez ha escondido algún mensaje en sus creaciones, Màrius lo admite claramente y además ha contado una historia preciosa. «Lo he hecho muchas veces, motu propio y además a petición. Te viene alguien, normalmente joven, y te dicen que su padre o su madre cumple su aniversario y está con La Vanguardia todo el día y como trabajamos con cierta anticipación», confiesa Serra. «Recuerdo el padre de una actriz y una buena amiga, Agatha Costa, que me pidió, porque su padre estaba muy enfermo y tenía que ejercitar la mente, era su 90 cumpleaños, y le hice no una palabra, sino casi toda la parrilla con guiños de cosas. Alguien podía resolverlo sin tener contexto, pero él se fue quedando blanco y me envió un mensaje emocionado, porque dijo ¿qué está pasando aquí? Es como magia», cuenta el escritor. Quizá el objeto más valioso para un crucigramista es un diccionario y es que después de 33 años, Serra todavía encuentra palabras que desconoce. «Es inacabable», asegura. Los creadores de estos juegos tienen algunas palabras fetiche, que suelen ser palabras cortas para completar bien la parrilla. «Mucha gente que nos está escuchando y que es castellano-escribiente les sonará ros tas isa, son palabras que el crucigramista ha ido descubriendo. Vamos al diccionario, que son una lectura muy recomendable y en la era digital, que puedes tener el lemario preparado para hacerlo, puedes pedir una lista de palabras con una longitud determinada», cuenta el escritor. Serra se define a sí mismo como un jugón: «En los diarios los más jugones éramos los de la página del crucigrama. Incitábamos al personal a rayarla y a que se acordaran de nuestros familiares cuando no lo cuadraban». Hacer crucigramas es todo un reto y puede llegar a convertirse en algo personal. De hecho, manda un mensaje a quienes se toman los crucigramas más como un reto que como un juego. «No hay callejones sin salida en un crucigrama o no debería. El género es muy dúctil y eso le ha hecho sobrevivir durante un siglo. Es un juego y es rabelaisiano, es carnavalesco, es pura fiesta y quien no se lo toma así mejor que se dedique a hacer sudokus», dice entre risas Serra. «Un sudoku tiene un punto maquinal que no te va a recordar a tu abuela, pero una palabra igual sí o una amiga. Una palabra tiene contexto, un sudoku, no», afirma el crucigramista. Lo primero que hay que decir es que un crucigrama parte siempre de la solución. Tú ya sabes qué hay ahí. Hay que llenar la parrilla y se suele empezar a rellenar con primera horizontal y primera vertical. No empezaría jamás un crucigrama con horizontales uno con casilla negra. «En general, para rellenar la parrilla harías primera vertical y horizontal, después segunda vertical y horizontal y así sucesivamente», explica. El crucigrama, dice, es un juego, es pura fiesta. «Si alguien no se lo toma así, que se dedique mejor a hacer sudokus».

Un creador de crucigramas revela si ha escrito mensajes ocultos en alguno y la historia que cuenta después no puede ser más emotiva

Màrius Serra lleva 33 años fabricando crucigramas en 'La Vanguardia' y ha pasado por los micrófonos de 'Hora 25', con Aimar Bretos

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