Ser conscientes

Madrid

El escritor estadounidense Ian Bremmer lo ha explicado muy bien: "Si todo esto se debe a que los israelíes tienen que priorizar su capacidad de defenderse por sí mismo por encima de cualquier otra cosa, ese debería ser hoy día un argumento mucho más fuerte para destituir inmediatamente a Benjamín Netanyahu que para bombardear Gaza". Bremmer no es el único que cree que Netanyahu debería dimitir o ser destituido, tanto por su incapacidad para prever el ataque de Hamas, como por poner en peligro la esencia democrática del Estado de Israel y por mostrar un desprecio absoluto por las vidas de los civiles de Gaza, sometidos a una devastación solo equiparable a la de algunas ciudades en la II Guerra Mundial.

El diario Haaretz y otras voces judías en otros lugares del mundo han pedido también esa dimisión, sin esperar a que acabe la guerra. Quizá tanta visita a Netanyahu para ofrecerle apoyo incondicional por parte de gobiernos occidentales, esconda también presión para que, con su incompetencia, no provoque la ampliación del conflicto con otros países cercanos. Israel, no hay que olvidarlo, es un país con armamento nuclear, y nunca ha firmado un tratado internacional al respecto. Además, los gobiernos occidentales deben ser conscientes de la irritación de sus propios ciudadanos, abrumados por la extrema violencia que ejerce el gobierno israelí. Y reaccionar como hace el gobierno conservador de Reino Unido, pretendiendo recortar la libertad de expresión y de manifestación de los británicos, no servirá de nada. Una vez más, la prioridad es evitar más muertos, salvar a los rehenes israelíes y proporcionar ayuda humanitaria a los miles de heridos que están sufriendo algo inconcebible.