El lío argentino
"Es como si la economía y la sociedad misma estuvieran haciendo equilibrios sobre un alambre y cualquier empujoncito, de un lado o de otro, pudiera lanzarlas al vacío"
Ser argentino es de las cosas más difíciles que hay.
Fíjense en las elecciones del domingo. Tres candidatos aspiran a la presidencia.
La representante de la derecha tradicional, la derecha que odia al peronismo, es Patricia Bullrich, una mujer de muy buena familia. Eso sí, en su juventud formó parte de Montoneros, la guerrilla de la izquierda peronista. Pese a esta anomalía, es la más normal de los tres.
Por el peronismo kirchnerista se presenta Sergio Massa, el hombre que hace pocos años prometió destruir el peronismo kirchnerista. Massa es el actual ministro de Economía y ha conseguido elevar la inflación hasta el 140% anual. Lógicamente, promete que como presidente arreglará la economía.
El tercer candidato, Javier Milei, en cabeza de los sondeos, es quizá una consecuencia natural de los otros dos. Antiguo rockero, animador televisivo y más o menos espiritista, lo que le permite hablar con su difunto perro, promete destruirlo todo. Ha hecho campaña con una motosierra y dice que en nombre del liberalismo acabará con los subsidios. Por razones misteriosas, recibe un gran apoyo de quienes cobran subsidios.
Y los candidatos no son lo peor. Lo peor es la sensación de que, pase lo que pase, Argentina se enfrentará a una crisis. A una crisis peor que la actual, quiero decir. Es como si la economía y la sociedad misma estuvieran haciendo equilibrios sobre un alambre y cualquier empujoncito, de un lado o de otro, pudiera lanzarlas al vacío.
Espero que los argentinos, siempre ingeniosos, encuentren una salida a este lío. A mí no se me ocurre ninguna.
Soy Enric González. Que tengan ustedes, en especial si son argentinos, un muy buen día.