"Necesito que el Consulado me diga 'ahora arriesgaos'": una española en Gaza cuenta las dificultades para llegar a la frontera sin saber si podrán salir

Madrid

El testimonio de Islam Hamdam la semana pasada en Hoy por Hoy era estremecedor. Contaba cómo sus hijos llevaban días sin dormir, "aterrorizados" por todo lo que estaba ocurriendo en Gaza. Ella nació allí pero creció en Valencia, donde se doctoró en Nutrición y Dietética. Desde hace cinco años ejercía como médico en un hospital de la ciudad de Gaza pero su vida saltó por los aires tras el ataque de Hamás. Desde el ultimátum de Israel y la recomendación de viajar al sur ante una inminente ofensiva, pasa cada día en un sitio con su marido y sus dos hijos: "La situación cada vez va a peor. Esta madrugada ha habido 7 horas de bombardeo constante, muy fuerte. No sabemos a dónde ir, confiesa.

Cada día están un poco más al sur pero llegar a la frontera no es fácil. El camino entre escombros es muy difícil y apenas queda gasolina: Los precios son alucinantes porque no hay gasolina. Las distancias son muy largas y la gente que no tiene un poco de dinero, adiós. Los que somos un poco más afortunados pagamos lo que podamos para ir más lejos. Yo no me puedo arriesgar a pagar un dineral para estar a cielo abierto con un niños y un bebé. Necesito que el Consulado me diga 'ahora arriesgaos y salir'", pide. Duda de la veracidad de la información que llega y más después de que Reuters anunciara que se abría la frontera de Rafah y, poco después, Israel lo negara.

Reconoce que cada vez le cuenta más calmar a sus pequeños durante los bombardeos y habla de "suerte" cuando cuenta que ha encontrado una tienda donde ha podido comprar algunas botellas de agua: "Ahora lo que no tengo es gas para calentarla. La situación es inhumana, es muy precaria".