El español preso en Irán desde hace un año cuando iba andando al Mundial de Qatar: "No sé qué pasará tras esta llamada, pero esto le puede ocurrir a cualquiera"
Santiago Sánchez se dirigía a Qatar cuando el 2 de octubre de 2022 fue detenido por las autoridades iranís tras visitar la tumba de Mahsa Amini
El español preso en Irán desde hace un año cuando iba andando al Mundial de Qatar: "No sé qué pasará tras esta llamada, pero esto le puede ocurrir a cualquiera"
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La historia de Santiago Sánchez es una historia de tristeza. La vida cambia radicalmente en un abrir y cerrar de ojos. Esto le ha ocurrido a Santiago Sánchez. Un ciudadano español que está a más de 6.000 kilómetros de su casa. Concretamente en una cárcel de Irán, donde lleva cuatro días haciendo una huelga de hambre. ¿Por qué? Por estar encarcelado tras visitar la tumba de Mahsa Amini, la joven iraní que falleció bajo custodia policial tras ser detenida por no llevar bien puesto el velo. En un país que no destaca por su defensa de los derechos humanos, busca desesperadamente una solución y habla por primera vez en 'El Larguero', con Manu Carreño.
El objetivo de Santiago Sánchez era llegar al Mundial de Qatar andando para ver a la selección española de fútbol. Tras recorrerse una decena de países, el 2 de octubre cruzó la frontera de Irán. Allí lo llevaron a ver la tumba de Mahsa Amini y fue detenido en la ciudad de Saquez. Así informaron a su familia y le acusaron de espionaje sin una prueba. Tras una concentración silenciosa de sus allegados el pasado 1 de octubre y una huelga de hambre mediante, El Larguero es el altavoz de una historia injusta y muy dolorosa.
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"Mis propios familiares me dicen que no exponga mis tristezas, que no muestre esos días que son imposibles de ocultar. Estoy aquí para decir que lo intento, porque si no lo hago es como decir que estoy aquí para fracasar. Voy a dejar de comer porque estoy triste...", expresó en un audio a sus allegados Santiago Sánchez, que atiende a El Larguero desde la prisión de Evin. Al ser preguntado por Manu Carreño sobre su estado, Santiago no oculta su hartazgo que choca de frente con la esperanza que nunca abandona alguien en su situación."Esa una buena pregunta. Estoy un poco cansado, un poco triste, pero con fe y esperanza y esperando que esto se solucione", afirma.
"A día de hoy no lo sé. Me dijeron que no me preocupe, que lo mío era un caso político, pero aquí sigo después de un año. Estoy cansado. Hace unos días comencé una huelga de hambre y estoy triste, me siento como abandonado. En enero del año pasado, emprendo un viaje solidario", comienza relatando Santiago Sánchez antes de que una voz interrumpa la conversación. En persa, esa voz, avisa que la conversación está siendo grabada y que se encuentra en la cárcel de Evin, en Irán. Tras ese golpe de realidad que atiza al sonido de la entrevista, prosigue su relato. "La gente lo sabía y la excusa o el destino final era el Mundial de Qatar para apoyar a mi selección como futbolista que soy. No llegué. Caí en un pozo y sigo. Mi tristeza es ¿dónde está un jugador de fútbol, la selección, una camiseta, una pancarta que diga 'oye Santiago, estamos contigo'? Por eso me siento muy triste y es una situación que le puede pasar a cualquiera", relata decepcionado.
Sobre el trato de la Embajada y la ayuda externa, la opinión es desalentadora. "Al principio, la Embajada me decía que no me preocupara, que era una cuestión de meses. Me tienen como moneda de cambio. El juez no permite que tenga abogados y mi familia haciendo los malabares necesarios para conseguir de los mejores abogados de aquí", señala. También nos cuenta que es un abogado quien va a visitarle con bastante frecuencia e intenta insuflarle esperanza.
No obstante, sigue haciéndose las mismas preguntas que cuando fue arrestados aquel fatídico 2 de octubre de 2022. No tiene ni idea de por qué está dónde está. "Si estoy aquí no sé si es por una trampa, si es por un juego político, no sé por qué estoy aquí...", le cuenta a Manu Carreño. Tras ello y al ser preguntado por una descripción del agujero negro en el que se encuentra, al que ya había calificado como "un pozo", afirma que ha sentido terror dentro de esa prisión. "Aquí he llegado a ver el diablo en persona, en mis pensamientos. Me he mirado al espejo y no me he reconocido, literal. No sé lo qué pasará después de esta llamada, pero quiero que la gente se entere de que esto le puede pasar a cualquiera", concluyó.
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Ricky Dias
Ourense, 1997. Licenciado en periodismo por la Universidad Complutense de Madrid. Llegó a la redacción...
