Las recetas de fentanilo en España se multiplican por cuatro en dos años

Algunos expertos alertan del abuso de la prescripción médica de este opioide que genera una adicción similar a la heroína

Fotografía del proceso de análisis del opioide sintético fentanilo realizado por científicos de la Dirección de Antinárcoticos de Colombia en su laboratorio químico de investigación, hoy, en Bogotá (Colombia). EFE/ Mauricio Dueñas Castañeda / Mauricio Dueñas Castañeda EFE

Cadena SER05/10/2023 - 10:21 UTC

España no tiene ningún problema de salud pública ni de tráfico ilegal con el fentanilo, la droga que está haciendo estragos en Estados Unidos. En lo que va de año solo la Policía Nacional solo se ha incautado de 3 gramos de esta sustancia. Y el año pasado el decomiso fue de 40 gramos, según datos facilitados por el ministerio de Interior a la Cadena SER. Aquí solo se receta para el dolor con prescripción médica, el control es férreo aunque ha habido casos muy aislados y puntuales con problemas de adicción y trastornos por el uso terapéutico. Pero algunos expertos advierten de que se está recetando con mucha facilidad.

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No bajan la guardia pero esta droga no inquieta de momento a las autoridades. El fentanilo es un opioide muy potente, 100 veces más fuerte que la morfina. Está indicado para calmar el dolor moderado e intenso, principalmente en enfermos oncológicos. Pero lo dan también para la artrosis, problemas de espalda y otras patologías. Siempre bajo prescripción médica. Y está muy vigilado.

“Podemos estar tranquilos porque en España se está haciendo bien y está controlado, no hay ningún dato que nos indique que tenemos una situación similar a la de EEUU, con esas imágenes tan impactantes que no consiguen controlar. En España la mayoría de los pacientes que usan opioides lo hacen con prescripción médica, con receta médica”. Lo dice Alicia Alonso Cardaño. Es anestesióloga en el Hospital de León y coordinadora del grupo de opioides de la Sociedad Española del Dolor. Admite que el debate está en usarlo para el dolor crónico, durante años y de forma continuada porque genera adicción. “Son anecdóticos los casos de adicción al fentanilo que se escapen al control sanitario” añade.

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Aunque muy aislados y puntuales hay casos en los que generan problemas. Marta lo tomó antes de que le diagnosticaran esclerosis múltiple. Se lo recetaron como último recurso porque el fentanilo no es de prescripción inicial. Se da cuando no funcionan los analgésicos comunes y otras terapias. “Yo llevaba desde 2015 con episodios muy agudos de dolor articular que no remitía con nada. En agosto de 2020 cuando estaba bastante mal, me recetaron los parches de fentanilo que hay que ponerse cada tres días. Y el dolor cesó. No es como en EEUU que a la gente se le ve colocada, sino que el dolor cesa. Lo que sí es cierto que mi depresión empeoró hasta el punto que acabó en noviembre en urgencias siquiatricas”. Y los médicos se lo quitaron.

Al profesor de la Universidad de Santiago y experto en drogadicciones, Indalecio Carrera, le preocupa un problema que puede ser emergente. Este doctor alerta del riesgo del aumento de las recetas de fentanilo que provoca una adición similar a la heroína. “Nos llama la atención la facilidad con la que ahora prescribimos opioides para cuadros de dolor banal. Antes raramente nos atrevíamos a manejar las recetas blancas típicas de los opioides como el fentanilo. Esta es la razón que está detrás del aumento de casos de iatrogenia médica. Cada vez vemos más inicios de tratamiento de sustitución procedentes de esta heroína de farmacia que de la heroína de la calle”, explica.

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Y es verdad que los médicos lo están recetando bastante más. En 2022 el 14% de los pacientes tratados con opioides consumía fentanilo, cuatro veces más que hace dos años, según el informe EDADES, la encuesta de drogas y otras drogas en España del ministerio de Sanidad. Pero es un consumo prescrito y con supervisión sanitaria. Y estas barreras que pone nuestro sistema público de salud nos salva de esa situación completamente descontrolada y con imágenes dantescas de EEUU. Aquí lo que tenemos es un problema de adicción con el alcohol, tabaco y con las benzodiacepinas. España es el país del mundo con mayor consumo de tranquilizantes y ansiolíticos.