Es banalizar la violencia, una profunda irresponsabilidad

En la lista de amigos y conocidos de cualquiera suele haber alguien que encaja en el perfil de macarra, de faltón. A veces creo que yo misma podría ser ese mismo perfil. Cuando me enciendo, cuando me enfado, cuando tengo ganas de sacar el lanzallamas del bolso.

No se asusten, no tengo antecedentes penales, no me han detenido nunca, casi siempre soy la del 'quiero y no puedo'. Ya lo decía mi madre: “Hija mía, tú mucho lirili, pero poco lerele”.

Pero hay gente, sin embargo, que lo saca fuera en cuanto tiene ocasión. Hay gente chulesca, con ademanes de portero chungo de discoteca, de personal de aeropuerto en Estados Unidos. Están en nuestros trabajos, en nuestras vidas y en el Congreso de los Diputados. Ocupan puestos de relevancia, cobran sueldos que salen de nuestros impuestos, les ponen micrófonos delante. Y en vez de hacer lo que hacemos los demás, contenernos, y que el civismo venza el calentón del momento, se retratan como pandilleros sin gracia alguna.

Ya lo decía mi madre: "Tú mucho lirili pero poco lerele"

Y justifican lo imposible. Por ejemplo, que si un tipejo acosó a Óscar Puente dentro de un tren en el fondo es porque el diputado socialista lo pedía a gritos, porque a quién se le ocurre elegir a semejante macarra para responder a Feijóo en el Congreso. Que tampoco es para tanto, mucho ir de tipo duro pero luego lloriquean a la mínima. Puño de hierro, mandíbula de cristal, dice Elías Bendodo. Poesía.

Se niegan a llamar a las cosas por su nombre. Retuercen los conceptos para animar a la parroquia a que siga por esa senda. Y dicen, como el vicesecretario de Organización del PP, de nombre Miguel Tellado, que lo de Puente en el Ave que le lleva de Valladolid a Madrid es, simplemente, no saber encajar una crítica.

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Es llevar una falda muy corta y el escote ombliguero. Es convertir a la víctima en agresor. Y lo que es más grave. Es alentar a que vayamos por ahí increpando al personal, porque en el fondo se lo merecen. Es jactarse de que alguien no pueda ir por la calle, porque él solito se lo ha buscado y ya sabe a lo que se expone.

“Todo mi apoyo a Miguel Tellado”, ha repetido el coordinador general del Partido Popular.

Y es banalizar la violencia y que en vez de afeártelo, te digan que sigas por ese camino. Es una profunda irresponsabilidad.