Cuestiones de estética

Madrid

Primero me gustaría hacer un apunte nostálgico que el oyente, el buen oyente nuestro, agradecerá. Mi primer éxito periodístico y último, en materia de exclusivas, fue haciendo una entrevista por telefonillo en una de esas casas al presidente del PP de Lugo en el año 99. Recuerdo que era tan joven que llevaba gorra con la grabadora pegada al telefonillo. Desde entonces, por cierto, timbro telefonillos aleatoriamente buscando un Pulitzer que nunca llega. Sobre el tema: lo malo de comprar ciertas casas, y esto sabido, es que hay que darles de comer. Es como comprar un tigre que al final cuesta más alimentarlo que el tigre. Lo que pasa que aquí estamos ante una petición a las arcas públicas de 200 euros al mes, que es lo que cuesta ese mantenimiento; de una casa que ha podido costar varios cientos de miles de euros. La más cara, informaba hoy 'El País' es de unos 3 millones o algo así. Bueno, esto evidencia problemas serios de cálculo o de programación económica. No lo sé. De todos modos, nada que no hayamos visto en cuestiones de estética. Yo no digo que sea el caso, porque no lo conozco en profundidad, pero es bien sabido que hay gente a la que a veces le importa más tener un coche de lujo que gasolina para ponerlo a andar.