El BCE se endurece y se modera

Barcelona

El Banco Central Europeo sube los tipos de interés, pero solo un 0,25%. O sea, la mitad de lo que solía hacer desde hace un año, un 0,5%. Así que endurece la política monetaria, lo que significa que los créditos a las empresas costarán más, que las hipotecas subirán más y que los préstamos personales serán más caros. Pero al mismo tiempo la institución se modera. No solo porque la subida es de la mitad que en los últimos meses, sino también porque por vez primera anuncia con bastante claridad su deseo (ya veremos en qué queda) de parar los aumentos. “Los tipos han llegado a unos niveles que, mantenidos durante un plazo suficientemente largo” rebajarán la inflación, declara. La subida contentará a los de la línea dura, los halcones; la presunción de estabilidad futura satisface las reclamaciones de los seguidores de Mario Draghi, los palomas.

Así que el banco central de la eurozona es de las pocas instituciones que podría ufanarse de sorber y soplar al mismo tiempo, si esa ironía no fuese una expresión poco adecuada para el sufrimiento que suponen los tipos altos para la economía, las empresas y las familias.

Y este es el secreto de la decisión. Fráncfort ya no podía cerrar los ojos ante una inflación que se ha reducido a la mitad desde el pasado octubre. Y tampoco a sus propios cálculos sobre la caída de la actividad y del crecimiento: ha rebajado mucho sus previsiones del pasado julio. A peor. Y es que empieza a haber bastantes países cerca del estancamiento, con Alemania a la cabeza. Y cuando Alemania se resfría, este banco central, que no el de Draghi, estornuda. Si nos ponemos optimistas, pensemos que nunca es tarde si la semi-dicha acaba llegando.