Culo
"Es una de esas palabras que usamos con normalidad en ámbitos de confianza, pero que nos resulta difícil escribir y chocante leer. Por eso hemos buscado todo tipo de sinónimos: trasero, pandero, posaderas, asentaderas, nalgas, cachas y hasta tafanario""
Madrid
Era evidente que llegaría el día en que tendríamos que tocar el culo. Y ha llegado. No necesitamos explicar qué es ni que vino, sí, del latín 'culus'. Es una de esas palabras que usamos con normalidad en ámbitos de confianza, pero que nos resulta difícil escribir y chocante leer. Por eso hemos buscado todo tipo de sinónimos: trasero, pandero, posaderas, asentaderas, nalgas, cachas y hasta tafanario, voz "jocosa y festiva" para los primeros académicos, aunque suene a funeral. También tenemos el finísimo pompis, diminutivo de pompa, que es como llaman en México a las nalgas. También americanas son el poto, las petacas y el fondillo o los fondillos.
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El culo es práctico para amortiguar los huesos al sentarnos y posibilita funciones evacuatorias vitales. Y los hay bonitos y feos, pero la palabra solo alimenta expresiones vulgares y malsonantes, que suenan como el culo. Sobrevolemos las que usan los verbos dar o tomar, que estamos en horario infantil... Pero consignemos otras con las que nombramos el hartazgo, "estar hasta el culo"; el ridículo, "quedarse con el culo al aire"; la lejanía, "estar en el culo del mundo", las prisas o el fanatismo, "perder el culo"; la sumisión, "lamer el culo"; la inquietud, "ser culo de mal asiento"; el desprecio, "pasarnos algo por el culo"; o el sumo insulto, porque una cosa es ser tonto y otra es ser “tonto del culo”. Hay más, pero vamos de culo. Así que quien tenga interés, que busque. Vamos... que el que quiera peces, que se moje el culo.
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