De volverse a celebrar las elecciones generales, los resultados serían muy parecidos a los del 23 de julio, según muestra el barómetro de septiembre de 40dB. para El País y la Cadena SER. El PP volvería a ser el partido más votado, a muy poca distancia del PSOE (1,5 puntos porcentuales), y ni el bloque de la derecha ni el de la izquierda lograrían la mayoría suficiente para formar gobierno. De repetirse los comicios, por tanto, la gobernabilidad del país volvería a depender de los pactos parlamentarios. En este contexto, hemos querido preguntar a los ciudadanos qué piensan al respecto, qué gobierno querrían para España. La opción favorita, con el respaldo de algo más de un tercio de la población, es un gobierno presidido por Pedro Sánchez con el apoyo de Sumar y de los partidos nacionalistas (en el cuestionario se especificaba ERC, Junts, EH Bildu y PNV). Son tres veces más los que prefieren esta fórmula que quienes se inclinan por una investidura de Feijóo con el apoyo del PSOE. En este mismo sentido, cabe destacar que el partido cuya influencia en la investidura más rechazo genera es Vox, por encima no sólo de Junts sino también de Bildu. El apoyo social a un tipo de gobierno que despectivamente se califica de “Frankenstein” resulta coherente con otros datos relevantes, especialmente con las posiciones mayoritarias en la sociedad ante la cuestión territorial, que, sin duda, será clave en los próximos tiempos. Así, la mayoría de los ciudadanos (un 52%) cree que la mejor forma de defender la unidad de España es respetando su diversidad cultural y la coexistencia y autonomía de las distintas nacionalidades, mientras que un tercio opina que se defiende mejor el país centralizando su organización política, restando autonomía a sus diferentes regiones y promoviendo los elementos culturales e históricos comunes. Como cabe esperar, la defensa de la España plural gana muchos más adeptos entre los votantes progresistas, pero llama la atención que entre los ciudadanos moderados o de centro, la mayoría también respalda esta postura. Igualmente, aunque en las comunidades nacionalistas esté mucho más extendida esta visión plural de España, resulta sorprendente que hasta en Madrid, una región que suele describirse como bastión del nacionalismo español, haya una mayoría que se muestra a favor de la misma (no se puede hacer un análisis pormenorizado de todas las Comunidades Autónomas porque en algunas de ellas la muestra es demasiado pequeña). En este mismo sentido, debe destacarse que, con respecto a las medidas de las que se ha venido hablando como posibles condiciones para un acuerdo de investidura, son más quienes creen que sería positivo que, en el marco de la constitución, se llegara a un acuerdo para desjudicializar el conflicto catalán respetando el marco constitucional (44,2% a favor frente a 39,4% en contra). Hay menos comprensión, sin embargo, hacia el uso de las lenguas cooficiales en el Congreso; de hecho, el 47,1% no está de acuerdo, frente al 39,8% que sí lo está. Detalles aparte, los datos de la encuesta muestran que se ha ido abriendo paso en la sociedad una actitud integradora hacia la diversidad nacional de España, cuyo reflejo más inmediato es una preferencia por un gobierno progresista con el apoyo de los partidos nacionalistas catalanes y vascos. Una mayoría ciudadana no ve con tan malos ojos la formación de un gobierno Frankenstein y entiende que puede ser conveniente alguna fórmula que acabe con la judicialización de la crisis catalana que se vivió en otoño de 2017. Este estado de la opinión pública debería tenerse en cuenta en los análisis y reflexiones que se hagan: en este asunto, la mayoría de los españoles no coincide con una parte importante de la opinión publicada que, con no poca frecuencia, habla en nombre del conjunto de España.