Ecuador decide su futuro en medio de una ola de violencia

Millones de ecuatorianos acuden a las urnas este domingo en medio de la mayor ola de violencia que recuerda el país en años. Una ola de violencia que ha estado protagonizada por el asesinato de uno de los candidatos presidenciales, Fernando Villavicencio, justo después de salir de un mitin, y justo después de haber confirmado que había recibido amenazas por parte del cártel mexicano de Sinaloa, cuyos tentáculos se extienden hasta Ecuador. Días después también era asesinado Pedro Briones, un dirigente local del partido del expresidente Rafael Correa.

Ecuador fue el país de Latinoamérica en el que se registró un mayor incremento de las muertes violentas el pasado año. Hasta 4603 personas fueron asesinadas, un 82% más que el año anterior. El año pasado se localizaron también más de 200 toneladas de distintos tipos de droga en el país. Durante este 2023 los datos no son mejores, ya han sido asesinadas más de 3500 personas.

Este año, además, se han vivido revueltas violentas en distintas cárceles del país, algunas al mismo tiempo, en las que han muerto varias personas, decenas de funcionarios han llegado a ser retenidos y el gobierno ha llegado incluso a declarar el estado de excepción para poder responder.

Este panorama de inseguridad ha disparado además la desconfianza en la estabilidad y la economía del país, cuya prima de riesgo no ha dejado de subir en los últimos días.

Reto para el nuevo Gobierno

"Esto puede servir como una llamada de atención que genere un consenso nacional para enfrentarse al narcotráfico. De lo contrario, podemos ir a un escenario donde la violencia se enquiste como en México o en Colombia. Eso va a depender mucho del próximo gobierno", explica en la SER Francisco Sánchez, director del Instituto de Iberoamérica de la Universidad de Salamanca.

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La favorita en las encuestas es Luisa González, heredera del proyecto de Rafael Correa, que ha centrado en la seguridad nacional buena parte de sus mítines con un mensaje claro: "Es vital la seguridad en las calles, que no nos maten, con mano dura contra la delincuencia vamos a retomar el control del país".

Los siete candidatos a la presidencia prometieron medidas para incrementar la seguridad en el último debate celebrado en el país, e incluso uno de ellos, el derechista Jan Topic, ha insinuado que en caso de ser elegido seguiría la senda de Nayib Bukele, el presidente de El Salvador que ha incrementado los castigos contra los narcotraficantes y ha creado incluso una prisión exclusiva para aislarlos. El pasado año, 146 personas privadas de libertad fueron asesinadas en Ecuador.

"Está fallando por parte de los Estados la capacidad de controlar a los narcotraficantes, su capacidad de extorsión y chantaje. Es muy difícil pedirle a un juez heroísmo cuando tiene amenazada a toda su familia", advierte el profesor Francisco Sánchez.

La ONU ha expresado su preocupación por el incremento de la violencia en distintos ámbitos en el país y por su influencia en todo el proceso electoral.

Vladimir Paspuel, presidente de la asociación Rumiñahui, la mayor organización de ciudadanos ecuatorianos en nuestro país, relataba hace unos días en la SER sus sensaciones después de regresar de su tierra. "Se respira la inseguridad en cada calle, todo el mundo está preocupado por si un familiar es atacado, violado, extorsionado o asesinado fuera de casa. Nuestro país se está desangrando, los narcotraficantes lo han invadido", lamenta Paspuel.

Fernando Villavicencio sabía que estaba en el punto de mira. El candidato que ocupará su lugar, Christian Zurita, asume esa realidad: "Han matado a Fernando, sabemos que vienen a por nosotros".

Otros problemas

El informe anual de Amnistía Internacional alerta de otros deberes que tendrá que afrontar quien gobierne Ecuador después de estos comicios. Esta organización denuncia el olvido al que están sometidas las comunidades indígenas, así como que las autoridades no garantizan el acceso a la justicia a las mujeres refugiadas sobrevivientes de violencia de género, sobre todo a las que proceden de Venezuela.

Este domingo, además, los ecuatorianos decidirán en un referéndum si continúa la extracción de petróleo en el Parque Nacional de Yasuní, un territorio de la cuenca amazónica con más árboles que toda Norteamérica.

Las organizaciones ecologistas y de los pueblos indígenas que residen en esa zona del país llevan una década luchando contra el impacto medioambiental de los más de 200 pozos que se están explotando en el parque y de los que se extraen más de 52.000 barriles de petróleo diarios.