La cumbre para detener la deforestación del Amazonas termina sin acuerdos concretos

"Si no hacemos nada, nuestros nietos van a vivir cosas que nosotros no nos imaginamos, una degradación de la calidad de la vida que será el tiempo de la extinción". Esta advertencia del presidente colombiano Gustavo Petro ejemplifica la gravedad de los daños que la minería, la tala o el calentamiento global están provocando en el Amazonas, pero ni con este tipo de avisos los países que tienen alguna parte de su geografía en el mayor bosque tropical del mundo han llegado a un acuerdo para salvaguardarlo.

La cumbre de Belém, en Brasil, que el presidente Lula da Silva presentó ayer como un hito histórico ha terminado sin avances significativos. Los ocho países presentes han firmado una declaración con más de un centenar de puntos que no pasan de ser compromisos para la gestión del agua, la protección de la salud o las infraestructuras sostenibles, pero que dejan en manos de cada uno poner límites precisos a la deforestación. Y eso a pesar de que el propio Petro avisaba en el plenario de que "la deforestación cero puede que ya ni siquiera sea suficiente".

La región amazónica debe ser reconocida como fuente de vida de toda la humanidad. Es indispensable para la supervivencia de nuestra especie

—  Dina Boluarte, presidenta de Perú

El presidente colombiano ha apuntado a aquellos países que basan su crecimiento en "el capital fósil, con proyectos de petróleo, gas y carbón", mientras que en una línea parecida el dirigente boliviano Luis Arce ha denunciado la intención de "Europa de controlar el Amazonas de distintas maneras".

Los países participantes piden a las naciones más desarrolladas a cumplir con su compromiso de invertir algo más de 90.000 millones de euros al año para financiar la lucha contra el cambio climático.

"Alianza amazónica de combate"

A pesar de la falta de compromisos concretos, los ocho países acordaron establecer una estrategia conjunta para prevenir la tala ilegal de árboles, lo que han llamado una "alianza amazónica de combate". El pasado año, la deforestación en toda la Amazonía fue un 21% mayor que la registrada en 2021.

No obstante, han sido más los puntos de divergencia que los de cercanía entre estas ocho naciones. No ha habido acuerdo para reducir la explotación de petróleo en este ecosistema, solo una mención a iniciar "un diálogo sobre la sostenibilidad de sectores como la minería o los hidrocarburos". A día de hoy, Brasil o Ecuador tienen en marcha proyectos de extracción petrolífera en el Amazonas.

OTAN amazónica

Más allá del debate puramente climático, los distintos países acordaron crear un centro de cooperación policial que tendrá su sede en la ciudad brasileña de Manaos para hacer frente a la actividad criminal en el territorio amazónico, sobre todo la de las redes de narcotraficantes. En este sentido, Petro ha llegado a lanzar la idea de crear una "OTAN amazónica" para hacer frente a la delincuencia.

También los distintos dirigentes mostraron su compromiso para proteger y proyectar la cultura de los pueblos indígenas, sus lenguas y tradiciones. "Estamos llamados a pensar en una identidad amazónica, en su fortalecimiento y en su significado", ha defendido la vicepresidenta de Venezuela, Delcy Rodríguez, que ha acudido en representación de Nicolás Maduro, ausente por una otitis.