La brasileña Ana Eliza denuncia en 'El Larguero' la grave situación que vivió en el Sala Zaragoza: "Durante un partido de liga me mareé y casi me desmayo de hambre"

El deporte en muchas ocasiones tiene una cara oculta muy fea que no se ve, algo que le ocurrió a la portera brasileña Ana Eliza la temporada pasada en el Sala Zaragoza, equipo que militaba en ese momento en la Primera División Femenina de fútbol sala. La futbolista se ha pasado por los micrófonos de 'El Larguero' para denunciar la grave situación que le tocó vivir en el conjunto maño.

Desde el primer momento que llegó a la ciudad aragonesa su estancia se volvió un auténtico infierno: "Cuando nosotros recibimos la oferta de venir al Sala Zaragoza fue muy buena. Entonces, cuando llegamos, empezó a ser todo extraño. Lo que habíamos acordado era quedarnos en una residencia durante máximo una semana y nosotros buscábamos el alquiler por nuestra cuenta. Fueron pasando los días y comenzaron a no hacer los pagos, por eso empezó a ser muy rara la situación y nos quedamos en el piso inicial"

El equipo español estaba endeudado y debía bastante dinero a varias jugadoras de la plantilla: "Lo que puedo decir es que con los tres pagos que yo he recibido no ha conseguido ni dos salarios, porque el club sacaba parte de mi salario por decir que era de alquiler, cuando no teníamos un contrato de alquiler con el club. Empezaba a hablar de números en un castellano muy formal que no entendíamos y se aprovechaban de eso para manipular y sacarnos el dinero". "La última nómina que he recibido, el intentó hacer lo mismo, pero yo no le he dejado porque quería que entregase el dinero en efectivo, pero eso me decía que era ilegal", asegura.

"Teníamos que pedir ayuda a familiares y amigos de Brasil y España"

La guardameta afirma de forma tajante que si no llega a ser por su entorno y las ayudas que recibió "hubiese muerto de hambre": "Yo tuve mucha fuerza de tener gente ayudándome con eso, porque creo que no pasa eso con todas las jugadoras. Nosotros teníamos que pedir ayuda a familiares y amigos de Brasil y España. Pedimos ayuda al banco de alimentos de Zaragoza y a los servicios sociales. El abogado de la asociación de jugadores también nos ayudó".

El no comer, lógicamente también afectó a su rendimiento deportivo. La jugadora comenta con tono triste un momento que le tocó pasar durante un partido contra el Futsi Atlético Navalcarnero en la novena jornada de liga: "Me mareé y casi me desmayo por hambre, porque no había comido nada. Mandé mensajes y dije varias semanas antes que solo teníamos la mitad de una bolsa de arroz para compartir entre las dos. Nos decían que había jugadores que estaban en peor situación que yo y que había que tener paciencia. Pasaban los días y cuando llegó el partido no tenía nada en el estómago. Antes del partido avisé a los dirigentes del club que estaba mal por eso y les dio igual, salí de titular. Cuando pidieron tiempo muerto les dije que si podía comer algo, porque tenía mucho dolor en el estómago y una persona en concreto me echó la bronca. Faltando seis minutos para que acabase el primer tiempo me tuve que salir para comerme un plátano porque estaba muy mareada. Un padre de una jugadora fue a comprarme unas palomitas para que comiese algo en el entretiempo".

"Los días más felices era cuando jugábamos fuera porque sabía que iba a comer en el hotel"

La propia Ana Eliza denunció la grave situación que le tocó vivir a través de sus redes sociales y comenta que "el club directamente no me ha dicho nada", pero que "ha contestado diciendo que no todo lo que he dicho es verdad". "Tengo pruebas de que esto pasó. Han dicho que solo estaban con deudas con jugadoras, pero nosotras las sudamericanas necesitamos dinero para vivir", subraya.

Manifiesta que "va a llevar el tema a la justicia porque lo que pasó conmigo, otras jugadoras y funcionarios del club no se lo deseo para nadie". "Varia veces cuando una jugadora recibía dinero compartíamos la comida para ayudarnos entre nosotras. Los días más felices que, yo en particular he tenido jugando ahí, fue cuando íbamos a jugar fuera, porque nos teníamos que quedar en hoteles y sabíamos que teníamos comida para aprovechar el 'buffet' y llevarnos la comida a casa", declara la brasileña.

Actualmente ya no forma parte del Sala Zaragoza y ha encontrado equipo para la temporada que viene: "Voy a firmar un contrato con un nuevo club de Primera División de España y estoy muy ilusionada".