El terrible testimonio de un español que trabajó en Apple: "Estoy cerca de salir del pozo de mierda en que me metisteis"
El ingeniero Álvaro Girona revela cómo trabajar en la tecnológica pasó de ser "un sueño" a una auténtica "pesadilla", tras sufrir abusos laborales que le llevaron a varios intentos de suicidio
Fachada de una tienda de Apple en Hong Kong (China) / Future Publishing
Madrid
Un ingeniero español que estuvo trabajando para Apple durante casi tres años, de septiembre de 2020 a abril de 2022, ha decidido, tras reunir fuerzas, romper su silencio y denunciar públicamente cómo para él lo que se suponía "un sueño" acabó siendo "una pesadilla" de la que aún se está recuperando.
Álvaro Girona Arias ha compartido una publicación en Linkedin contando cómo tuvo que dejar una de las compañías con más prestigio de la historia debido "a los abusos y malos tratos que recibí" que le llevaron a sufrir "varios intentos de suicidio" y pasado por distintos "tratamientos antidepresivos". Admite que "las secuelas del daño no se han curado", pese a que día a día lucha por salir adelante.
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Explica, al comienzo del relato de su experiencia, que llegó a trabajar sin parar períodos de más de tres semanas, incluidos tanto festivos como fines de semana, con jornadas diarias de más de 16 horas de media, que en los días más extremos alcanzaron las 20 horas de trabajo. "Irme a dormir a las 7 de la mañana del día siguiente y levantarme a las 10 de la mañana, con un mensaje de mi manager exigiendo que trabajase más duro porque íbamos con retraso", recuerda.
Las estadísticas internas de la propia empresa recogían que realizaba el triple de contribuciones en la realización de sus tareas, "en commits y cambios en líneas de código", que cualquiera otro de sus compañeros de equipo. Estos excesos laborales, inducidos por sus superiores, comenzaron entonces a hacer mella en su salud física y mental, volviéndose claramente visibles: "Llegué a perder 16kg de peso, pasando de 80kg a 64kg en pocos meses. Midiendo 1,90 recuerdo la forma exagerada en la que se me marcaban los huesos y las costillas".
A pesar de lo que relata, cuando solicitaba que le financiasen algún tipo de formación, recibía un 'no' por respuesta. "Me negasteis el acceso al presupuesto de formación porque en Apple ya nos pagan bien y me pagué todas las cosas por mí mismo".
Girona cuenta también que tuvo que trabajar durante todos los meses de verano, "me quedé yo solo cubriendo todo el mes de agosto", y, cuando quiso cogerse vacaciones en otro momento del año, a las que tenía derecho, se las negaron. "En verano me dejasteis sin vacaciones y, después de ello, me dijisteis que no iba a poder disfrutar de mis días de vacaciones en lo que quedaba de año porque no daba tiempo y las iba a perder", continuó revelando en la publicación.
Además, "este esfuerzo inhumano" nunca le fue reconocido por ninguno de sus jefes ni retribuido por la compañía tecnológica líder, sino que a cambio fue víctima de abusos y malos tratos en al ámbito laboral que fueron cada vez a más. "Hasta el punto de destrozarme completamente", señaló.
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Cuando ya sufría las consecuencias de los relatados abusos laborales, redoblaron el maltrato: "Aprovechasteis que después de todo el machaque mental que llevaba estaba débil para hacerme tragar aún más mierda. Jordi Ferreira llegaste a decidir modificar tú el performance review que habían hecho mis compañeros que era positivo para bajarlo tu por tu propio criterio y hacerme tragar a mi todos los fallos, mierdas y problemas que tenía el equipo".
En el momento en el que se dio cuenta de que no podía seguir, de que no podía más, le dieron la baja laboral, y, entonces, sus jefes comenzaron a "coaccionarle" para que pidiese una excedencia, aún estando "en su peor momento mental". "En los 3 meses que estuve de baja no paraste de presionarme para quedar conmigo y preguntarme cuando iba a volver, y sugerirme que me cogiese una excedencia", cuenta en este escalofriante testimonio.
Al final, se salieron con la suya y cedió para poder irse: "Tuve que huir de ese sitio y decidí pedir una excedencia voluntaria que finalizó hace 2 semanas, porque mi cuerpo y mi salud mental no aguantaban más".
Este joven ingeniero acusa directa y públicamente a las dos personas, con nombre y apellido, a las que considera los principales autores de estas terribles situaciones de abuso en Apple. "Me dijisteis que cuando terminase la excedencia y quisiese volver tendría siempre mi sitio. Pero desde que cogí la excedencia dejasteis de contestarme a nada y tras su finalización seguís en silencio", cuenta en relación al momento en el que se agotó su periodo de excedencia.
Les deja, finalmente, un recado por la actitud y las formas de actuar que presuntamente le dirigieron durante su etapa como trabajador de la tecnológica: "Espero que estéis orgullosos y con la conciencia tranquila de cómo habéis conseguido que yo no siga allí". En la actualidad, él está "mucho más cerca de salir del pozo de mierda y depresión" en el que, asegura, acabaron por meterle estas dos personas. Pero también ya "sin miedo a hablar públicamente".
La versión de Apple
La multinacional ha indicado que sus prácticas están desglosadas en su Política de Conducta Empresarial: "Apple se compromete a mantener un entorno de trabajo creativo, diverso, integrador y solidario, y no tolera la discriminación o el acoso de empleados o no empleados con los que mantenemos una relación comercial", dice el texto referido.
