Feijóo: amigos en la mafia

Barcelona

"En aquel momento era contrabandista", ha dicho Feijóo. Se refirió al momento en que se hizo amigo íntimo, en los años noventa, del gran delincuente Marcial Dorado. Peor que inexacto: en junio de 1990, 'El País' publicó que a Dorado, detenido en una gran operación de negocios ilegales, “se le considera el número uno del contrabando de tabaco y forma parte presuntamente del tráfico de droga”. Si Feijóo no lo sabía, era el único, todos los demás lo sabían, y más en Galicia. Pero quizá no es que no lo supiese, sino que testimonia en falso. Que lo aclare.

Segundo, ahora reconoce que su amigo era ya contrabandista, pero para quitarle dureza al hecho de que fuese narcotraficante. Menuda defensa: ¿acaso ser íntimo de contrabandistas es un pasaporte estupendo para representar a los ciudadanos? Y además, antes decía que no sabía a los que se dedicaba: también era el único que lo ignoraba.

Tercera afirmación falsa: dice Feijóo que en el sumario de su colega del narco en la Audiencia Nacional (fue condenado a quince años de prisión) están las fotos del mismo con otros políticos. Radicalmente falso. No hay ahí esas imágenes.

Y cuarta salida de tono: dice que quienes le recuerdan este asunto emplean "basura". Es que hay basura que limpiar. Ser íntimo de un contrabandista/narcotraficante, alojarse en su casa, acompañarle a paraísos fiscales, manejar el timón de su yate como buen mayordomo… Todo eso es lo que hay que aclarar. Ahora. O al menos cuando se constituyan las nuevas Cortes. España no debe permitirse un jefe de la oposición, y menos un presidente, con amigos en la mafia.