La Francia violenta
Las fuerzas políticas temen que este proceso de descivilización, con acción y reacción en la calle, sea aprovechado por las fuerzas antisistema para crecer electoralmente todavía más
Madrid
La Francia violenta. Hace unas semanas, el presidente francés, Emmanuel Macron, utilizó el concepto de descivilización para describir la violencia: violencia policial, violencia callejera, violencia en los barrios, violencia política, que con demasiada frecuencia prende en el país galo. Hace 48 horas, un adolescente de 17 años fue tiroteado y muerto por las balas de un policía en los alrededores de París. La escena fue difundida en las redes sociales. A continuación comenzaron los disturbios que se han extendido por el resto del territorio y el agente de policía, autor de los disparos, ha sido detenido e investigado por homicidio voluntario. Esta vez, la familia del joven ha contado con la solidaridad de deportistas, tan icónicos como Kilian Mbappé o Aurélien Tchouaméni. El temor del poder es siempre que se repitan los actos de violencia, manifestantes detenidos, agentes heridos, vehículos quemados, edificios incendiados, del año 2005 que duraron tres semanas cuando dos jóvenes quedaron electrocutados al ser perseguidos por la policía. Las fuerzas políticas temen que este proceso de descivilización, con acción y reacción en la calle, sea aprovechado por las fuerzas antisistema para crecer electoralmente todavía más. No en vano, uno de sus intelectuales orgánicos, el escritor Renaud Camús, autor del concepto del gran desplazamiento, ha titulado uno de sus libros de civilización, apropiándose del ensayo del filósofo alemán Norbert Elias, escrito en sentido contrario.
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Joaquín Estefanía
Es periodista, exdirector del periódico 'EL PAÍS' donde sigue firmando columnas. También colabora en...