La realidad de los trabajadores autónomos de la salud: tarifas precarias y labor poco valorada
Médicos, dentistas, fisioterapeutas o psicólogos que trabajan por cuenta propia, llevan décadas siendo víctimas de las tarifas abusivas que imponen las aseguradoras con las que colaboran
Madrid
El sector de la salud privada se encuentra en una situación delicada por los acuerdos con sus aseguradoras. En estos acuerdos hay unas tarifas de precios por cada tipo de consulta y especialidad, que incluyen el margen de beneficio para el trabajador que presta dicho servicio. Esos márgenes resultan irrisorios, según los profesionales del sector, que han ido viendo cómo subía el coste de vida con el paso de los años, sin ver a penas actualizaciones. Ese es precisamente el problema, que lo que cobran por el servicio que dan a una persona y que está ligado a una aseguradora, viene de unas tarifas que no han cambiado prácticamente desde 1990. Los baremos de las tarifas surgen de unos acuerdos entre el colegio de médicos, el sindicato y las aseguradoras a principios de la década de los 90. Años después, serían los médicos los que quedarían fuera de la ecuación, siendo las aseguradoras las que se quedarían con toda la potestad para imponer tarifas.
Baremos estáticos frente a la subida del coste de vida
Esos baremos fijaban, por ejemplo, un precio de entre 1200 y 1500 pesetas por una consulta de atención primaria, unos 7 € o 9 € que iban para el médico, según el sindicato UPTA. Una consulta al especialista podía pagarse entre 2200 y 3000 pesetas, es decir, unos 13 € o 18 €. Con el aumento del coste de vida es necesario que los salarios se vayan ajustando a este, pero en el caso de los beneficios de los trabajadores autónomos de la salud, no ha sido así. Los baremos que se aplican siguen siendo prácticamente los mismos. Solo en los últimos años, por la complicada situación económica de la que venimos, a causa de la pandemia y la guerra de Ucrania, los baremos han subido mínimamente entre un 5% y un 7%, tal y como indican desde el sindicato UPTA.
¿Por qué no han cambiado?
Los baremos no se han movido por dos razones. La primera es la entrada en vigor de la polémica Ley Ómnibus de 2009, conocida jurídicamente como la Ley 25/2009, de 22 de diciembre, de modificación de diversas leyes para su adaptación a la Ley sobre el libre acceso a las actividades de servicios y su ejercicio. La segunda es la posición estática a la que han pasado las aseguradoras: las tarifas son las que son, o las tomas o las dejas.
La ley dejaba fuera del tablero a sindicatos y colegios profesionales de médicos, por lo que no podían participar en la fijación de márgenes de beneficio para sus profesionales. Desde entonces las aseguradoras han pasado a no negociar, según los profesionales consultados. “Tú ya tienes ese contrato firmado, entonces al año siguiente, cuando tú vas a negociar ese acto médico, te dice la aseguradora. No, es que eso es lo que pagamos” comenta una médico de familia de forma anónima.
Lo que tendría que ser y lo que es
De haber actualizado esos baremos al IPC, que ha subido un 145% en este tipo de servicios desde entonces según el sindicato UPTA, los trabajadores deberían de estar cobrando no menos de 20 o 25 euros por la consulta de atención primaria o no menos de 40 euros en las especialidades. Esto es lo que debería de haber sucedido, pero la realidad es diferente.
Seis años de carrera más cuatro de especialidad supone una formación que no puedes pagar o 8 euros la consulta o a 6 euros un psicólogo
— Médico de familia de la salud privada
Este y los demás testimonios han sido recogidos de manera anónima por petición de los trabajadores, para evitar problemas con sus aseguradoras. Pero todos tienen dos cosas en común: son profesionales mal pagados por las aseguradoras y no tienen capacidad de negociación. “Por una limpieza dental, te pueden pagar unos 8 euros y luego por a lo mejor una consulta, pues lo mismo te pagan a lo mejor 6 euros, o sea algo irrisorio”, asegura la encargada de una clínica dental. “Se aprovechan de que muchas clínicas queremos tener convenios con esos seguros, porque así vamos a tener a un posible paciente que se va a hacer otro tipo de tratamiento, que ellos no cubren y creo que se están aprovechando”, añade la encargada.
“La primera consulta sobre 13-14 euros y luego ya según consultas sucesivas, cuando ellos consideran que son consultas de revisión, sobre 6 o 7 euros”, cuenta una psicóloga clínica. Esta es otra de las trampas, cuando la aseguradora considera ve que el paciente es recurrente, va disminuyendo lo que le paga al profesional. “Nosotros ponemos un poco la cara por la aseguradora, pero bueno, luego lo que es su parte que la deberían poner, pues valorando y dando el pago correspondiente a nuestro trabajo, pues no lo hacen”, lamenta la psicóloga.
Somos médicos no somos gente que negocie. Tú asumes un baremo que ellos te aportan, que lo dan por hecho y no los cuestionas
— Médico de familia de la salud privada
Al final esto es lo que les queda, aceptar porque no les queda otra opción. Pero si hay una cosa que queda clara es la siguiente: “Lógicamente, si te viene un paciente sangrando, tú no le vas a decir: no te puedo atender porque no tengo contratado con tu aseguradora un servicio de urgencias”. Esto lo dice la médico de familia, pero es común a todos los entrevistados, no son negociantes, pero siempre buscan cuidar al paciente por encima de todo.
Eduardo Hernández Ojeda
Periodista en el equipo de Economía de la Cadena SER. Actualmente, estoy cubriendo las áreas de industria,...