Se buscan camareros ahuyentados de un verano histórico

Madrid

Xavi ha trabajado durante más de cinco años en el sector de la hostelería, pero es una de esas personas que ha decidido cambiar su rumbo profesional. Laura, que también ha tenido varios empleos en bares, lamenta que cobraba 5 euros la hora y algunos de sus compañeros no alcanzaban los 3 euros. Nadie quiere ser camarero en España, en un año récord para el turismo español. Comisiones Obreras confirma esta tendencia: afrontamos el período estival con más de 40.000 camareros y cocineros menos. Esta huida de los profesionales del sector responde a las malas condiciones laborales, los timprevisibles y a la falta de descanso. "Los horarios variaban mucho. Igual te avisaban una hora antes para ir a trabajar o media hora antes cuando tú ya estabas haciendo otra cosa. También pasaba justo lo contrario: te hacían ir a trabajar y cuando llegabas te decían que podías irte porque esa noche no había trabajo", cuenta Xavi, quien ha trabajado como camarero en salones de bodas y bares de distintos pueblos de Valencia.

Chema Martínez, secretario general de servicios del sindicato, explica que a las malas condiciones salariales y de horarios se le añade otro elemento: las consecuencias de la pandemia para el sector. El parón económico obligó a todos estos trabajadores a entrar en ERTES en los que se les aseguraba el 70% de su salario, pero en la hostelería no fueron tan eficaces como en otros sectores. "Muchas personas trabajaban mucho más de lo que estaban contratados y como eso no estaba declarado, cuando hubo que pagar los ERTE perdieron mucha renta, puesto que las horas no declaradas no las cobraron", ha dicho. Por ello, muchos decidieron no regresar al sector.

Xavi y Laura también aseguran haber trabajado en negro. Laura tenía que entrar 45 minutos antes a su puesto de trabajo para limpiar el restaurante, pero ese tiempo no se lo pagaban. Xavi trabajaba 8 horas, pero en su contrato solo reflejaba la mitad. Los sueldos en el sector tampoco son lo suficientemente atractivos para atraer talento: el salario medio de la restauración se sitúa en los 1.500 brutos al mes, frente a 2.800 de otras profesiones. Desde el sindicato lamentan que se hayan normalizado las horas extra no remuneradas y unos salarios que tan bajos que lo convierten en un sector poco demandado.

La falta de vivienda no ayuda a recuperar estos trabajos, sobre todo cuando se tienen que trasladar a lugares costeros. "No hay vivienda accesible para trabajar", explicaba Martínez, quien añadía que "si con lo que te pagan no puedes pagarte ni una habitación porque la mayoría de viviendas son turísticas, si vas a tener que vivir en un coche o en un bar, te buscas otra ocupación".

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José Luis Izuel, de la Confederación Empresarial de Hostelería España, confirma que el sector cree que este verano se superará la cifra de visitantes de 2019, que superó los 50 millones entre turistas nacionales e internacionales. "Esperamos un verano muy positivo", ha dicho. De igual modo, admite que al sector le cuesta atraer mano de obra, que tienen que "hacer los deberes" pero defiende que es "un mal endémico que ha ocurrido toda la vida" y que, aun así, siguen generando empleo. "Somos un sector poco atractivo, trabajamos findes de semana, a turno partido y los salarios no son los mejores, pero tampoco los peores".

Izuel explica que la hostelería ya ha contratado a 1,8 millones de trabajadores y calculan que se alcanzarán casi los 2 millones, lo cual supondría en torno a 70.000 trabajadores más que mayo 2019, según ha dicho. Desde CCOO concretan que las profesiones que ganan empleo son los monitores de niños o los repartidores, mientras que el número de camareros y cocineros cae respecto a los niveles prepandémicos.

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Desde Comisiones Obreras denuncian que las empresas han incrementado sus beneficios con respecto a los datos de 2019, lo cual no repercute en una mejora de las condiciones de los trabajadores, sino en los márgenes empresariales. Chema Martínez explica que como la demanda de turistas ha crecido, se va a facturar más y un mayor precio, lo que se traduce en más ganancias para las empresas y no en mejores salarios. Reclaman vacaciones de calidad, que se respeten los tiempos de descanso y mejoras salariales como receta para atraer talento al sector.