La democracia, una cuestión de derechos humanos, no de privilegios

Barcelona

El naufragio de un barco con más de 700 personas a bordo en el mar Jónico, y las dudas sobre la actuación de las autoridades griegas nos hacen reflexionar sobre la "necro-política" de fronteras en la UE, y el auge de partidos de extrema derecha y xenófobos en toda Europa. La deshumanización de quienes llegan a esas fronteras es el eje de esta indiferencia europea ante estas tragedias. Hablamos con Helena Maleno de Caminando Fronteras por el aniversario de la masacre de Melilla, el año pasado. Y con Zouhair Zammouri de "Superacció" el director de una ONG que a través del deporte integra a quienes llegan. Han desarrollado una aplicación para que los migrantes estén geolocalizados, pidan ayuda o puedan gestionar su documentación.

Caminando Fronteras, junto con otras organizaciones defensoras de los derechos humanos en España han presentado una querella por los hechos ocurridos en Melilla el 24 de junio del año pasado. La mañana de ese día unas 2.000 personas refugiadas y migrantes, intentaron cruzar la frontera entre Marruecos y Melilla. Al llegar al puesto fronterizo las fuerzas policiales españoles y marroquíes empezaron a utiliza material antidisturbios como botes de humo, pelotas de goma, gases lacrimógenos... el resultado fueron 40 fallecidos y 77 personas de las que todavía hoy no se sabe nada. La justicia española archivó el caso, pero el informe que ha elaborado el Defensor del Pueblo es muy diferente respecto a las devoluciones en frontera. Estas ONG que presentan la querella consideran que la investigación de la Fiscalía General de Estado ha sido insuficiente para conocer "la verdad sobre las graves violaciones de derechos humanos ocurridas aquel día". En este sentido la fundadora de Caminando Fronteras, Helena Malena denuncia que existe una base de "racismo institucional en el que no se ha trabajado" " No ha habido gobiernos en España que hayan tenido la intención de desarrollar una política de derechos humanos en las fronteras de nuestro país". "Las democracias son los derechos humanos, no los privilegios".

Celsa y Ana: madre e hija intentando salir adelante "cuidamos ancianos porque no tenemos nada más"

Llegaron de Perú hace unos 6 años, y nos cuentan que sin papeles tienes que coger el primer trabajo que sale y aceptar las condiciones que sean. Y eso se traduce en poco dinero y malas condiciones laborales. Las dos cuidan a personas mayores. La madre para poder darle un futuro mejor a la hija. Y la hija considera este trabajo un "mientras tanto" acaba los estudios. A pesar de todo esto, ambas coinciden en que lo más duro de cuidar a alguien "que es tu nada" es la implicación emocional. Les da pena ver cómo esos ancianos se dan cuenta de que están solos. "Los hijos y las hijas los dejan a nuestro cuidado y se desentienden de ellos". Marta Centella, ha grabado esta conversación que dice muy de la sociedad en la que vivimos y nada bueno.