Presión a Moscú

Barcelona

Los líderes del G-7, el grupo de los siete países más potentes del mundo, está reunido en Hiroshima, la ciudad japonesa que fue machacada por la bomba atómica. Un lugar especialmente simbólico para la causa de la paz. Los 7 ya han decidido aumentar las sanciones a Rusia, especialmente a sus exportaciones. Y han ordenado a sus ministros que tomen medidas para que Moscú no eluda las sancione ya vigentes, exportando su crudo a través de terceros países como India o China. Es un acompañamiento básico para la próxima contraofensiva militar de Ucrania, que muchos esperan dé un vuelco al escenario de la guerra. Así que el presidente de la nación resistente, Volodímir Zelenski, participará en la cumbre, una gran novedad. Procedente de una cumbre árabe en Arabia Saudí, insistirá en sus peticiones de apoyo en armamento.

Otra novedad muy, muy interesante es que en la reunión participan los líderes de India, Brasil e Indonesia. Son representantes clave del llamado “Sur global”, esos países a los que disgusta la invasión perpetrada por el Kremlin, pero que se sienten abandonados por los grandes de Occidente, también económicamente. Aunque parezcan de segunda fila, son protagonistas clave, para el desarrollo de la guerra, y para su posible final: porque constituyen un grupo capaz de decantar la balanza hacia los invasores o en favor de los invadidos. Atención, mucha atención a este juego diplomático.