La ingeniería del corazón está llena de razones

La importancia de sacar la cabeza en nombre de cualquier ser humano que se levante y salga a la calle con ganas de ser buena persona y cuidar a sus amigos, su familia, su ciudad y su democracia, en medio de la crispación y el encono

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Luis García Montero lgm_com

Cadena SER09/05/2023 - 06:11 UTC

Madrid

La semana pasada se organizó en el Instituto Cervantes un homenaje a Leonardo Torres Quevedo, ingeniero nacido en Cantabria en 1852 y muerto en Madrid en 1936. No sólo debemos sentirnos orgullosos en España de Miguel de Cervantes o Rosalía de Castro, porque también en el campo de la tecnología y de la ciencia contamos con nombres de mucho prestigio que han aportado su inteligencia al progreso social.

Leonardo Torres Quevedo fue el padre del primer mando a distancia, la primera máquina dotada con inteligencia artificial y el primer ordenador electromecánico conocido. A él se le debe también el teleférico que todavía cruza el Niágara. Así que es uno de los fundadores del mundo de hoy. Todas las novedades tienen raíces en siglos anteriores. Por eso el saber y las palabras hacen comunidad.

Sobre don Leonardo hablaron historiadores de la ciencia y los responsables de la Academia de Ingeniería, la Sociedad de Ingenieros y la Universidad Politécnica de Madrid. Uno de ellos comentó que, además de su aporte tecnológico, fue una buena persona que cuidó a sus amigos y a su familia. Esta mañana, entre sábanas electromecánicas y teleféricas, me he despertado con ganas de sacar la cabeza no sólo en nombre de la ingeniería española, sino de cualquier ser humano que se levante y salga a la calle con ganas de ser buena persona y cuidar a sus amigos, su familia, su ciudad y su democracia, en medio de la crispación y el encono. La memoria, el respeto por el saber, la lucha contra la mentira y las supersticiones son un modo de cuidarnos. Bienaventurada la ingeniería del corazón porque está llena de razones.