El momento menos protocolario de la coronación de Carlos III: lo que ha hecho el príncipe Luis no ha pasado desapercibido

Madrid

Carlos III ha sido coronado como rey del Reino Unido en una solemne ceremonia celebrada este sábado en la Abadía de Westminster, en el corazón de la capital británica. En el momento más importante de este acto protocolario, el arzobispo de Canterbury, Justin Welby, colocó sobre la cabeza de Carlos III la suntuosa corona de San Eduardo, del siglo XVII.

Tras colocarle la corona, el arzobispo ha gritado a la congregación "Dios salve al Rey", tras lo cual se escucharon trompetas. Sentado en la silla de roble de San Eduardo, considerado el mueble más antiguo del Reino Unido y colocado sobre un piso de mosaico medieval, Carlos III fue coronado tras recibir las distintas insignias reales, que simbolizan las responsabilidades como el jefe de Estado británico hasta el día de su muerte.

Una de los momentos más comentados en redes sociales ha sido el bostezo que han captado las cámaras por parte del príncipe Luis mientras asistía sentado a la coronación de Carlos III en la Abadía de Westminster.

El arzobispo de Canterbury, asistido por el deán de Westminster y el arzobispo de York, ha ungido con aceite las manos, pecho y frente de Carlos III, que ascendió al trono al morir su madre, Isabel II, el 8 septiembre, y hoy recibe oficialmente los símbolos de su poder.